1977/2024 , January 19

Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

Aznar blanquea a Melitón Manzanas con la Medalla del Reconocimiento Civil

El 19 de enero de 2001, el Gobierno de José María Aznar concedió la Medalla al Mérito Civil a Melitón Manzanas, el colaborador de la Gestapo que fue la primera víctima mortal de ETA de forma deliberada. 

Melitón Manzanas en una comida en una peña.
Melitón Manzanas en una comida en una peña. (NAIZ)

Catorce meses después de promulgar la Ley de Solidaridad de las Víctimas del Terrorismo y a falta de otro tanto para promulgar la ley que ilegalizó Batasuna, Aznar trató de rehabilitar a Manzanas para apuntalar su estrategia contra el independentismo vasco.

Euskal Herritarrok respondió a esta decisión del Consejo de Ministros afirmando que «el nombre de este famoso fascista y torturador sigue produciendo escalofríos en miles de familias vascas que experimentaron sus métodos». Asimismo, la coalición sostuvo que el objetivo último de la medida era «la reivindicación de la tortura y la guerra sucia como herramienta eficaz para acompañar al pacto PP-PSOE».

Euskal Herritarrok: «El nombre del torturador sigue produciendo escalofríos»

Los diputados de EA y PNV, por su parte, solicitaron la comparecencia del ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja.

La decisión levantó polvareda no solo en Euskal Herria, donde Melitón había torturado a decenas de personas que podían contar quién era y qué les hizo el jefe de la Brigada Político Social de Gipuzkoa. Los sindicatos UGT y CCOO, así como Izquierda Unida, fueron muy críticos, pues también tenían a víctimas entre sus militantes.

El PSOE reaccionó un poco diferente. Releídas sus declaraciones, se aprecian dos discursos. Javier Rojo (su líder en Araba entonces) aseguró que «este Gobierno, como siga así, acaba condecorando a Franco». Alfredo Pérez Rubalcaba rebajó el tono, apuntando que es una figura que puede merecer «más o menos respeto desde el punto de vista personal».

Además de palabras indignadas, estos sindicatos y partidos políticos iniciaron acciones legales para anular la concesión de la medalla.

Tales iniciativas acabarían en la nada en 2008, tras validar la justicia española que los honores a Manzanas se habían entregado conforme a la ley.

GARA recordó a PNV, EA e IU que sus votos contribuyeron a la creación de la condecoración

El modo en que GARA editorializó la concesión de la medalla un día después de conocerse la noticia fue preclaro, adelantando incluso cuál sería este fallo judicial que no llegó hasta siete años después.

Según el editorialista, la medalla fue «la consecuencia directa de la aplicación de la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo aprobada por unanimidad».

«Sorprende, en primer lugar, el escándalo con el que han reaccionado PNV, EA e IU, después de que ellos mismos, con sus votos, contribuyeran a la creación de la condecoración», reprendió GARA a estas formaciones.

Con quien más duro se mostró el periódico fue con el PSOE, recordando el indulto que concedió a los secuestradores de Segundo Marey, así como el indulto y ascenso a general de Rodríguez Galindo «en atención a sus méritos».

 

Tira de Tasio en GARA sobre la condecoración a Melitón Manzanas en 2000.

 

Reescribir la historia

Manzanas se convirtió en la primera víctima mortal buscada de ETA, su primer objetivo, el 2 de agosto de 1968. ETA escogió a un colaborador de la Gestapo nazi y conocido torturador que había dejado un reguero de cientos de víctimas.

Durante más de dos décadas como policía (del 41 al 68), Manzanas torturó a cara descubierta. Le gustaba aprovecharse del terror que inspiraba su figura en las víctimas. Cultivaba su propia leyenda negra.

Según cuentan quienes pasaron por sus manos, no era sofisticado en sus métodos y no se preocupaba por dejar poco rastro del maltrato. Protegía sus nudillos con guantes de cuero. Poco más. Y todos coinciden en que Manzanas disfrutaba en los sótanos. Elías Antón, superviviente de las torturas de Melitón Manzanas, revive ese episodio en una entrevista especial para Artefaktua en NAIZ.

La muerte de Melitón Manzanas en 1968 obtuvo como represalia el consejo de guerra conocido como Proceso de Burgos

La muerte del jefe de la Brigada Político Social en 1968 consternó a un régimen que se sintió súbitamente vulnerable. El Pardo reaccionó de forma cruel y torpe, llevando a 16 militantes independentistas (incluidos dos sacerdotes) a un consejo de guerra, conocido como el Proceso de Burgos.

El proceso judicial, que acabó en seis penas de muerte y una única absolución, no tuvo el resultado esperado. Todo se le volvió en contra al Estado. El rechazo interno y externo fue tan fuerte que el dictador tuvo que conmutar las penas.

La pena capital se sustituyó por cárcel, y luego la Amnistía desembocó en la liberación de los condenados. De esta forma, el pretendido escarmiento ejemplar acabó convirtiéndose en un hito en la lucha por la liberación de Euskal Herria.

La medalla quería atacar, precisamente, este relato compartido.

Una lacra sin resolver

Existía otro motivo, además, para que la medalla despertara una particular indignación. En 2001, la tortura seguía siendo una práctica habitual de la Policía y la Guardia Civil contra el independentismo, como recordaba una y otra vez Amnistía Internacional en sus informes.

El empleo de la tortura, de hecho, continuó 13 años más desde la condecoración a Manzanas. Según los informes de la UPV realizados primero en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia y, luego, en Nafarroa, esta práctica no terminó hasta 2014.

La concesión de la Medalla al Mérito fue una más dentro de una política de impunidad, rehabilitación y ascenso de torturadores

Mientras la tortura se empleó por sistema. La política de impunidad, rehabilitación y ascenso de torturadores del Estado español no se circunscribió a Manzanas. Y fue practicada tanto por gobiernos del PSOE como del PP.

El último caso mediáticamente destacado fue la medalla concedida en 2023 por Fernando Grande-Marlaska a Manuel Sánchez Corbí, guardia civil que había sido condenado por las torturas de Kepa Urra y que, en 1992, ya había sido indultado por Aznar.

Por otro lado, en línea con la protección y gratificación a los torturadores, el blanqueamiento de Manzanas no quedó en la medalla de 2001. Muy al contrario, su rehabilitación constituye un empeño recurrente. Cada año, el Memorial de Víctimas del Terrorismo, recuerda al colaborador de la Gestapo refiriéndose a él únicamente por su cargo de funcionario, a pesar de las quejas por esta omisión de quienes fueron torturadas por el agente franquista. Tanto esfuerzo invierten en esta rehabilitación que el objetivo de dicho Memorial ha quedado del todo en entredicho.