1977/2024 , April 19

Ane  Urkiri
Kirol burua / jefa de deportes

El coche bomba contra Aznar provoca «una fuerte sacudida», también política

«Coche bomba contra Aznar», así abrió 'Egin' la edición del día siguiente a aquel 19 de abril de 1995, con una foto que ilustraba la sacudida, literal, que provocó el atentado contra el entonces presidente del Partido Popular (PP). Fue el tema principal, ocupando las primeras ocho páginas del periódico, con crónicas, infografías, reacciones y, como no podía ser de otra manera, un editorial sobre el atentado contra José María Aznar, del que logró salir ileso.

Portada de 'Egin' el 19 de abril de 1995.
Portada de 'Egin' el 19 de abril de 1995. (EGIN)

La explosión del coche bomba contra Aznar, un día como hoy hace 29 años, provocó una «fuerte sacudida», tal y como remarcaba 'Egin' en su portada del 20 de abril. Pudo haber cambiado la historia y, en todo caso, la marcó, porque un año después Aznar fue elegido presidente del Gobierno español.

Un presidente que, entre otras medidas, impulsó la Ley de Partidos que tuvo como objetivo la ilegalización del independentismo de izquierdas. Amagó en un momento con negociar con ETA, en 1998, pero sobre todo impulsó medidas represivas y reaccionarias, hasta que se estrelló contra el muro que él mismo había levantado en su empecinamiento en la cuestión vasca, al desvelarse sus mentiras y manipulaciones en el 11M, cuando intentó atribuir aquellos ataques islamistas a la organización armada vasca.

«El rey Juan Carlos I, el Gobierno español, los partidos políticos, los ejecutivos autonómicos, el Congreso de Diputados, el mundo de la economía y la Iglesia, entre otros estamentos, respondieron al atentado sufrido por el presidente del PP, José María Aznar, quien resultó levemente herido ayer tras sufrir un atentado en Madrid», es el primer párrafo de la noticia principal de 'Egin', donde se destacan también las reacciones de ámbito internacional. Es más, para dar muestra del impacto que provocó el atentado, 'Egin' destacó las ediciones especiales que publicaron al mediodía los diarios 'Última Hora' de Palma y 'El periódico de Aragón'.

El diario editado en Hernani, por su parte, publicó una infografía muy completa del atentado, con un plano de las calles colindantes de Diego Ayllón, donde residía José María Aznar, y de José Silva, lugar del atentado. Con información bien vistosa, que acompaña a una narración cronológica, el lector puede comprender perfectamente la escena del coche bomba.

En ella se remarca que el sistema elegido por los autores del atentado fue similar al utilizado con Carrero Blanco y que no se había utilizado en los últimos tiempos. Con el tiempo se supo que el comando de ETA había tendido más de 200 metros de cable con el que accionar a distancia el coche-bomba.

En todo caso, aquellas primera crónica de 'Egin' empiezan detallando que a raíz del atentado contra Gregorio Ordóñez, tres meses antes, el PP decidió extremar sus medidas de seguridad y, entre ellas, incorporar tres toneladas más de blindaje al vehículo en el que habitualmente se desplazaba su presidente, José María Aznar.

Y es que, para que Aznar saliera ileso del atentado con coche bomba, registrado cerca de su domicilio madrileño, resultó fundamental la protección del blindaje de su vehículo oficial. A consecuencia de la explosión, un total de dieciséis personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad, como por ejemplo Margarita González Mansilla, de 69 años, que fue rescatada bajo los escombros de su propia vivienda en estado de parada cardiorrespiratoria, y que murió cuatro meses después a causa de las heridas de aquel día.

«Estoy bien», declaró José María Aznar, en una comparecencia de prensa ofrecida en la puerta de la Clínica Ruber, donde permaneció ingresado por precaución. «Que estén tranquilos y serenos como lo estoy yo», fue el mensaje emitido por el presidente del PP. Al día siguiente, Aznar ya estaba al pie de cañón: «No pondrán en jaque a la gran nación española».

«Riesgo para España», «atentado directo contra la democracia» y la llamada de Arafat a Aznar

En el PSOE calificaron la acción de «atentado directo contra la democracia», y el coordinador general de IU, Julio Anguita, se refirió a los autores como «perros rabiosos y unos asesinos». A pesar de la «enérgica condena» como primera reacción, un día después del atentado, voces desde las filas del PSOE, de IU y del propio Gobierno español –la cuarta legislatura de Felipe González– expresaron su temor a que el PP y su líder utilizasen el atentado en su beneficio electoral.

«Los terroristas, tarde o temprano, tendrán que responder de sus crímenes», aseguró Francisco Álvarez Cascos, secretario general del PP, en la declaración oficial emitida pocas horas después del suceso. En general, los mensajes trasladados por diferentes líderes políticos, al margen de HB, fueron parecidos. Todos ellos «condenaron con absoluta contundencia» el atentado, desde responsables del PP como Jaime Mayor Oreja, Mariano Rajoy o Manuel Fraga, hasta Juan José Ibarretxe, vicelehendakari del Gobierno de Lakua.

Para Manuel Fraga, fundador del PP, el atentado supuso un «riesgo muy grave para España» y exigió endurecer las medidas de seguridad «a toda España». Desde Londres, Rodrigo Rato, portavoz del PP, hizo un llamamiento a las fuerzas de Ajuria Enea y de Madrid para que «abandonen cualquier intento de entablar negociaciones parciales con ETA o con sus colaboradores políticos como KAS y Herri Batasuna».

Hubo quien entendió el atentado contra el presidente del PP por «ser esta la formación con más posibilidades en estos momentos de acceder al poder».

Además de las declaraciones de condena y muestras de solidaridad de obispos, jueces y banqueros, las reacciones brotaron en cadena también en el ámbito internacional, en la que destacaba la llamada del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, a Aznar para interesarse por su estado de salud. Arafat fue el último líder internacional con el que Aznar se reunió antes de sufrir el atentado, una semana antes de la acción.

«Han preferido frases fanáticas»

Los mass media eligieron un discurso en el que se realizaban pocas preguntas y las respuestas seguían siendo las habituales, a excepción otro vez de 'Egin', que en su editorial, publicado en euskera y bajo el titulo «Arrazoi faltsuak» (Falsas razones), sentenciaba: «La práctica totalidad de las declaraciones que se han producido a raíz del atentado contra Aznar no ayudan a entender la acción armada. Probablemente presa de la convulsión del momento, los partidos políticos, por encima de las razones de fondo, han preferido proferir frases fanáticas».

Martín Garitano, en su columna del día 21 –«El carrerazo»–, indaga en los diferentes diarios estatales, concluyendo que el ataque a Aznar «llenó la prensa de ayer de titulares encendidos y ataques furibundos contra el independentismo vasco en general y la izquierda abertzale en particular».

En ese sentido, Herri Batasuna quiso poner de relieve la estrategia represiva «legal e ilegal» contra Euskal Herria y, en definitiva, «los planes de liquidación del pueblo vasco». «Si Euskal Herria es hoy una nación dividida y sin derechos políticos reales es porque se le niega su libertad por la fuerza, y en esa negación juegan un papel fundamental determinados responsables políticos», recordaba HB.

HB situaba en esta línea la práctica diaria del PP y recordaba que el propio Aznar pregonaba a los cuatro vientos su admiración por Galindo y su voluntad de seguir imponiendo al pueblo vasco la presencia de la Guardia Civil: «Este político español, con sus actitudes, está legitimando a una banda armada, que no otra cosa es la Guardia Civil, que ha torturado a cientos de ciudadanos y que está implicada en el asesinato de un buen número de vascos».

Jon Idigoras, coportavoz de Herri Batasuna, manifestó que la acción armada se produjo «en un momento especial, cuando están saliendo a la luz las tramas de los GAL, de la Guardia Civil y del coronel Rodríguez Galindo, y en un momento en el que el pueblo vasco pide con más fuerza el derecho a la autodeterminación y la utilización del diálogo como instrumento para superar el conflicto».

Cronología de los atentados de ETA en Madrid

Cada atentado que se registraba en Madrid desataba las especulaciones sobre la actividad e infraestructura de ETA en la capital del Estado español. El Ministerio de Justicia e Interior mantenía un dispositivo excepcional en Madrid para intentar evitar las intervenciones del llamado 'comando Madrid', desarticulado en 1987 y cuya dirección atribuyeron a Iñaki de Juana Chaos.

Una vez desarticulado el 'comando Argala' –bautizado en los medios de comunicación como «comado Itinerante», que actuaba trasladándose desde Ipar Euskal Herria–, en 1990 y hasta 1991, la desactivación de un coche bomba ante viviendas de militares reveló la aparición de otro comando, al parecer, estable con infraestructura en la capital española. Desde ese instante, y según apuntaba 'Egin' el 20 de abril de 1995, la organización armada vasca asumió una treintena de acciones armadas en Madrid, la mayoría de ellas contra militares, «sin que las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE) hayan practicado detención alguna o hayan descubierto ninguna infraestructura».