AKK, como se la denomina en Alemania, se ha impuesto en el congreso de la CDU, que se celebra en Hamburgo, por el escaso margen de 517 votos (un 51,8%) frente a los 482 (un 48,2%) que ha obtenido el aspirante del ala derechista, Friedrich Merz.

Su victoria se ha producido en la segunda vuelta y tras quedar descartado en la anterior el ministro de Sanidad, Jens Spahn, crítico como Merz hacia la línea de Merkel.

En su presentación ante los delegados, la más moderada y continuista AKK ha pedido al partido «coraje» para asumir los desafíos a que se enfrenta. «Si tenemos valor viviremos en una Europa fuerte, en una Europa con un euro a prueba de crisis y con un Ejército europeo que sea una realidad».

Merz ha abogado por recuperar el electorado que se había ido hacia la ultraderecha y a adoptar un perfil más claramente conservador.

Antes de las intervenciones de los candidatos Merkel ha pronunciado su último discurso como presidenta del partido. Ha lanzado una llamada a la cohesión en sus filas y ha defendido la vía centrista para su partido.

Ha recordado que asumió la jefatura de la CDU 18 años atrás, entonces en una «situación muy difícil para el partido» por el escándalo de financiación irregular que se reveló bajo la era Helmut Kohl.