Hay una playa en Las Palmas de Gran Canaria a la que llaman de las Canteras. Un hermoso arenal urbano de más de un kilómetro, que, al parecer, debe su nombre a la extracción de piedra para construcción que, otrora, se hizo de la Barra, un arrecife situado delante de la playa y que la protegía de los embates del mar. Aunque esa extracción ya cesó, la playa se quedó con el nombre de las Canteras.En Donostia el problema de las piedras en Ondarreta sigue manifestándose cada año. Esta temporada han decidido retirarlas en pleno agosto. Tras la intervención han informado de que han extraído más de 400 toneladas, el doble de lo calculado, lo que da idea de que el cálculo efectuado a priori no era muy acertado. Y lo que queda todavía... Cuando Bildu ganó las elecciones municipales, desde la oposición y sus medios afines se repetía que la culpa y la responsabilidad de que hubiera piedras eran ni más ni menos que del alcalde Izagirre, que no ordenaba quitarlas, algo que se tildaba de incomprensible. Lo que ha quedado en evidencia a lo largo de los años es que el mar nos devuelve lo que le echamos, y, aunque durante decenios no se vea, con el tiempo, y de forma inexorable, aparece en el litoral. En el caso que nos ocupa, parece evidente que las piedras provienen del actuar humano, y en concreto, del derribo de dos infraestructuras que existieron en la zona: la cárcel y la plaza de toros de Ondarreta. Está claro que ni una cárcel ni una plaza de toros pueden traer nada bueno. Visto lo visto, se está demostrando que ir quitando piedras incluso con la despedregadora, que es el palabro con que llaman a la máquina que utilizan para ello, es pan para hoy y hambre para mañana, además de un importante gasto. Pero las piedras, que son tozudas, siguen ocupando su espacio, que, por cierto, es progresivamente mayor. Añadamos que en la Concha cada vez hay menos playa cuando sube la marea, y pidamos que nos expliquen de quién es ahora la culpa de estos problemas. ¡Vaya pedrada la del gobierno PNV-PSOE!