Arturo Puente
Arturo Puente

La victoria pírrica de Arrimadas

Que la maniobra haya acabado en desastre para el partido no significa que deban despreciarse los efectos que la irrupción de Ciudadanos ha
tenido en la negociación

El puzzle ha acabado de encajar y, después de dos años y medio con los últimos presupuestos del PP, el Gobierno de Sánchez ha sido capaz de reunir los apoyos suficientes para unas nuevas cuentas. Es sin duda una gran victoria para los partidos de la coalición, PSOE y Unidas Podemos, muy especialmente para estos últimos. Los de Iglesias han atado definitivamente a sus socios a un bloque en el Congreso que carga hacia la izquierda y hacia la plurinacionalidad, pues necesita incorporar sí o sí a catalanes y vascos.

El gran perdedor de la votación que tuvo lugar este jueves fue Ciudadanos. La apuesta de Arrimadas de tender la mano a Sánchez para evitar la negociación con ERC y Bildu y, a la vez, para ganar foco en la política española, ha fracasado estrepitosamente, pues a la vista está que no lo ha conseguido. La jerezana se ha quedado colgada de la brocha y en tierra de nadie, y es posible que después de todos los bandazos que ha dado su formación haya acabado decepcionando a todas las franjas de su votante.

Sin embargo, que la maniobra haya acabado en desastre para el partido no significa que deban despreciarse los efectos que la irrupción de Ciudadanos ha tenido en la negociación. Especialmente para Sánchez. Como en una subasta, la competición ha subido el precio de los presupuestos. Que Arrimadas fuese un posible plan B ha permitido al Gobierno actuar con las manos más libres y ofrecer un peor acuerdo a ERC y Bildu.

Los naranjas no han conseguido expulsar a los independentistas de la mesa, pero sí han servido para que eclipsar en parte sus posibilidades, lo cual, por pírrico que sea, es una victoria para Ciudadanos y los intereses que representa. Este es un importante aviso a navegantes en una legislatura que ahora ya sabemos que no será corta: el PSOE puede utilizar el comodín de Arrimadas siempre que desee frenar una negociación que está yéndose demasiado hacia la izquierda, lo que capa de buena medida la capacidad de incidencia de los independentistas en el Gobierno.

Como dicen en mi pueblo: con este agua hay que regar.

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