Belen Martinez
Belen Martinez

¿Caprichos uterinos?

La paradoja de la individualización generalizada de una baja laboral «especial» al conjunto de las mujeres con reglas dolorosas puede contribuir a aumentar la brecha de género existente.

La regla indica el paso de la infancia a la pubertad en las niñas, y participa en la definición de la identidad femenina. Hasta hace poco, el sangrado menstrual era considerado como algo sucio, vergonzoso y repugnante, unido a una representación negativa que asocia menstruación y cambios de humor irracionales. La vindicación feminista dio paso al festejo para conmemorar cuando nos vino la regla por primera vez. De niña a mujer o la fiesta de los óvulos que mueren.

«Vamos a reconocer el derecho de las mujeres con menstruaciones dolorosas a una incapacidad temporal especial», anuncia en un tuit la Ministra de Igualdad. Podía haber dicho «endometriosis, mioma uterino y dismenorrea», enfermedades de las mujeres infradiagnosticadas y cuya prevalencia puede variar en función de cómo se evalúe. Sin embargo, Irene Montero, habló de «menstruaciones dolorosas».

La paradoja de la individualización generalizada de una baja laboral «especial» al conjunto de las mujeres con reglas dolorosas puede contribuir a aumentar la brecha de género existente. Más aún cuando la disponibilidad es un requisito casi obligatorio para el acceso a ciertos puestos de trabajo desigualmente distribuidos entre sexos y categorías sociales. Bajo el pretexto de reducir las desigualdades, se corre el riesgo de normalizar nuevamente eso de «sexo débil».

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