Koldo Campos
Koldo Campos
Memoria que respira y pan que se comparte

Debí ser publicista

En el mundo de la publicidad, a veces pasa, el creativo a cargo de la cuenta concibe una idea genial y ni siquiera el director de su departamento es capaz de advertir que se trata de una estupidez. Tampoco el gerente de la publicitaria. Opiniones más tarde la estupidez sigue su curso y, al final del pasillo a la derecha, aquella genial idea termina mostrando sus vergüenzas en la sala de juntas para que el cliente complacido rubrique la estupidez. Anuncio aprobado y emitido. ¿Nadie reparó en que no era una buena idea?

La vida no es poner estanterías” oí decir al televisor y me sobresalté. Era el anuncio de un coche al que no le tomé la matrícula. ¿Cuál era el problema con las estanterías? ¿Las condena alguna religión? ¿Por qué? ¿Les han hecho algo las estanterías a los coches? Las estanterías son útiles, cumplen con su función, son habituales en todas las casas aunque no siempre hagamos buen uso de ellas, pero eso no las hace responsables de las pendejadas con que las cargamos y tampoco conozco a nadie que se pase el día poniendo estanterías por placer.

El anuncio no se quedó en las estanterías y, ya desde la calle, agregó más axiomas: “la vida no es perder el tiempo en un atasco… la vida está fuera”.

¿De qué atascos hablaba? ¿De los de la fregadera? Para evitar los atascos es que me quedo en casa y, si salgo, camino o tomo el bus. ¿Cómo voy a decidirme a comprar un coche con los argumentos de ese anuncio? Hasta ganas me dan de promover una campaña de solidaridad con las estanterías y los atascos.

Sí, lo sé, debí dedicarme a la publicidad en lugar de escribir esta columna pero tenía que elegir entre esta estupidez o la Esporrín y estoy haciendo yoga y estudiando magia negra.

(Preso politikoak aske)

 

 

 

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