Itziar Ziga
Itziar Ziga
Una exrubia muy ilegal

Hasta las tetas

El verano avanza y ya me tocaba hablar por aquí de tetas, de grandes tetas. Es que ni las busco, las noticias sobre tetas voluminosas y conflictuadas vienen a mí. Esta vez las susodichas ni siquiera son de carne, aunque los pechos femeninos están tan sobrecargados de señalamiento misógino que basta con un círculo y un puntito en medio para que vuelvan a prenderse todas las antorchas, al calor de los debates más descabellados. Resulta que en Copenhague no hay solo una sirenita quieta y desnuda, hay al menos dos. La archifamosa estatua que permanece sentada sobre una roca del puerto desde 1913 tuvo durante años una congénere cerca, bastante más grande y alzada. Pero la nueva sirenita fue retirada a otro punto menos turístico de la ciudad, de donde ahora también va a ser apartada, no se sabe a dónde. ¿El motivo? Sus tetas, o mejor dicho, sus redondas, erguidas y generosas tetas.

Aquí empieza el delirio. Que si son tetas pornográficas, que si son vulgares, que si son la fantasía masculina sobre cómo deben ser unas tetas, que si entorpecen la aceptación del propio cuerpo de las mujeres reales... Por cierto, hay muchísimas mujeres con tetas (no operadas y operadas, qué más dará) de ese aspecto. Y si no las escondemos, el acoso será permanente: doy fe.

Teniendo en cuenta la infinidad de veces en que la sirenita primera ha sido vandalizada, bien podían haberle dejado una hermana mayor que la defendiera, o que le hiciera compañía. Sobre su supuesta rivalidad, no se ha pronunciado ninguna.

Escucho a una activista trans bárbara, Mia Skylar. «Somos el último reducto de mujeres a las que no está mal visto maltratar. Más que transfobia, todo este debate es pura misoginia. A mí lo que preguntan es qué es una mujer, no me preguntan qué es un hombre. Y me dicen: es que sois las más visibles. Somos las más visibles porque están obsesionados con nosotras». ¡Pongo el coño en el fuego a que alguien ha dicho que la sirenaza de la polémica es trans!

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