Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

Lavrov, Ucrania, los judíos y Hitler

La afirmación por parte del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, de que Hitler tendría también sangre judía buscaba contrarrestar el argumento del presidente ucraniano, Volodymir Zelenski, quien aduce que su abuelo era judío, y luchó en el Ejército Rojo contra Hitler para poner en solfa la principal justificación rusa de su «operación militar especial» (tono quirúrgico), la de desnazificar Ucrania.

La referencia a un debate entre historiadores sobre la dudosa «pureza» del árbol genealóigo del genocida austriaco –que, gracias a dios, compartimos (casi) todos los seres humanos, incluso los rusos de pura cepa, como Putin–, ha levantado ampollas en Israel, que no ocultó su malestar con el propio Zelenski cuando este comparó la invasión rusa con el Holocausto.

Hay cosas, y términos, que ni se tocan ni se mentan en Israel, que ha hecho de la Shoah su razón de ser, existencial y estatal. Y, si no, que se lo digan a los palestinos.

Más allá de histrionismos, sorprende que un alumno de la escuela diplomática soviética (¿recuerdan a Gromiko?) como Lavrov cometa semejante desliz e insista en que «el sabio pueblo judío dice que los mayores antisemitas suelen ser judíos».

Por de pronto, Rusia ha dinamitado la inicial mediación y equidistancia, bien que casa vez más escorada, de Israel en el conflicto ucraniano. Justo cuando Washington presiona a Tel Aviv para que venda a Ucrania su sistema antimisiles Cúpula de Hierro.

Porque es tan cierto que la historia está llena de paradojas y de «conversos a la nueva fe». como que Rusia está desnazificando Ucrania no solo enviando batallones neonazis sino con un discurso racial-cultural como poco poco homologable. Pero ¿eso no era a no decir, señor Lavrov?

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