Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

Un rayo de luz entre las brumas del Brexit

Más allá del hastío que provoca el Brexit, la enésima tanda de votaciones del lunes fue un intento de acotar el escenario, esta vez de la mano de varios movimientos de la oposición. El problema es que estos últimos han revelado nuevas fisuras en el seno de los partidos.

Por primera vez, la dirección laborista no dio libertad de voto e instruyó a sus diputados para que votaran a favor de la propuesta de Mercado Común 2.0 o Noruega Plus.

La propuesta supondría la incorporación de Gran Bretaña, junto a Noruega, Islandia y Liechtenstein, a la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). Londres participaría en el mercado interior de la UE, por lo que debería mantener la libre circulación de personas. Eso sí, no formaría parte de las políticas comunes en materia agrícola y pesquera y tampoco estaría sujeto a la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia.

Estaramos así no ante un brexit duro ni blando sino ante un brexit líquido, que pone los pelos como escarpias a los brexiters.  Quizás por ello, y pese a su apuesta por seguir en la UE, los escoceses del SNP anunciaron su apoyo a la iniciativa. Más aún, el DUP mostró su disposición a abstenerse. Está cada vez más claro que los unionistas norirlandeses preferirían incluso un no Brexit a un Brexit que reconozca siquiera que el norte de irlanda forma parte geográficamente de una isla que se llama Irlanda.

Noruega Plus perdió por 21 votos, pero sobre todo porque 25 diputados laboristas de circunscripciones que votaron Brexit rompieron la disciplina de voto. Descorazonado, el promotor de la iniciativa, el tory remainer Nick Boles, echó la culpa a los suyos y anunció que abandona el partido conservador, al que acusa de rechazar un compromiso.

Coincidiendo con este gesto-portazo, y tras una reunión maratoniana con sus ministros, el caso es que la primera ministra, Theresa May, ha anunciado su disposición a  reunirse con el líder laborista, Jeremy Corbyn, para negociar un compromiso.

May trata así de subsanar el tercer error que ha marcado su gestión del Brexit, y del que dábamos cuenta en el comentario anterior del pasado sábado, cuando quedó a merced de brexiters y unionistas sin intentar alcanzar un acuerdo en clave bipartidista. El poco tiempo que queda dirá si no es demasiado tarde. Pero algo se aclara Algo es algo.

 

 

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