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Histórico disidente marroquí defensor de la causa saharaui

“Abraham SERFATY“

(1926-2010)

El marroquí Abraham Serfaty, uno de los más célebres disidentes al régimen del monarca Hassan II, falleció ayer en Marrakech a los 84 años de edad, tras una vida dedicada a una militancia política castigada con la cárcel y el exilio.

Nacido en 1926 en Casablanca en el seno de una familia judía procedente de Tánger, en su juventud luchó por la independencia de Marruecos y fue militante del Partido Comunista marroquí, por lo que fue encarcelado varias veces por las autoridades coloniales francesas en la década de los 50.

Tras la independencia del país, rompió en 1970 con ese partido y contribuyó a fundar la organización marxista-leninista Ilal-Amam (Adelante), además de militar en otros grupos de disidentes intelectuales.

Este activismo fue la causa de que, tras ser detenido y torturado en varias ocasiones, en 1977, cuando llevaba tres años en la cárcel, se le condenara a cadena perpetua por atentar contra «la seguridad interior y exterior del Estado».

Gracias a la presión internacional fue liberado en 1991 tras 17 años de cárcel, lo que le convierte en uno de los presos políticos africanos que más tiempo ha estado en prisión.

Tras su salida de la cárcel Marruecos le retiró la nacionalidad marroquí por su oposición a la marroquinidad de Sahara Occidental y su apoyo al referendo de autodeterminación, lo que le llevó a exiliarse en París, donde vivió hasta que en 1999 Mohamed VI, recién coronado, autorizó su regreso.

Otra de sus causas más defendidas fue la del antisionismo, ya que reconocía el Estado de Israel pero consideraba el sionismo una ideología «racista», y militó por la creación de un Estado palestino.

Serfaty fue autor de libros y artículos sobre diversos temas políticos y sobre su experiencia en prisión y en la militancia política.

Desde su regreso a Marruecos, fue consejero de la Oficina Nacional de Estudios e Investigación Petroleras y vivió con su mujer, la activista Christine Daure, en Mohamedia, retirado de la actividad política aunque sin renunciar a sus principios.