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Louise Bourgeois, figura fundamental del arte contemporáneo

“Louise BOURGEOIS“

(1911-2010)

La escultora franco-americana Louise Bourgeois, una de las mayores figuras del arte contemporáneo, falleció el lunes en Nueva York a los 98 años de edad tras haber sufrido una insuficiencia cardíaca, según informó su estudio en un comunicado.

Más tarde, corroboró el anuncio del deceso la fundación italiana Emilio e Annabianca Vedova, que prepara en Venecia una exposición monográfica sobre la escultora. «Es una de las figuras más grandes y significativas del panorama artístico de nuestra época», señalaron.

Para Louise Bourgeois «la vida coincidía con su arte y ella continuará viva a través de su obra», señaló el presidente de la fundación Alfredo Bianchini, quien destacó su «gran energía» y su «capacidad creativa».

La fundación inaugurará el viernes en Venecia una muestra monográfica con obras inéditas de la escultora bajo el título «Louise Bourgeois. The Fabric Works», sobre la cual «ha intervenido activamente hasta hace dos días», añadió Bianchini.

Artista incansable de origen francés y afincada en EEUU, deja una obra muy personal; arañas gigantes de acero (una de las cuales está colocada junto al Guggenheim de Bilbo), diferentes instalaciones, esculturas, siluetas de bosques monolíticos o piezas creadas a partir de diferentes mezclas de materiales.

Nacida en París el 25 de diciembre de 1911, estudió en varias academias de arte, además de las doctrinas de Paul Colin, André Lhote, Roger Bissière, Gromaire y Fernand Léger, quien le ayudará a orientarse hacia la escultura. En 1938 se casó con el historiador de arte americano Robert Goldwater, por lo que fijó su residencia en Nueva York. Allí encontró a Joan Miro, Marcelo Duchamp y André Bretón, expuso grabados y pinturas y comenzó a esculpir largas siluetas de bosques.

A finales de los setenta comienza a crear obras cada vez más violentas, como «La destruction du père» o «Confrontation», con las que Bourgoise consigue mayor notoriedad. Adquiere entonces un taller en Brooklyn, es elegida miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias en Nueva York y en la década de los ochenta multiplica las exposiciones personales. En 1982, se organiza una de las primeras retrospectivas más grandes dedicadas a su obra en el Museo de las Artes Modernas de Nueva York.

En los noventa, la escultora, ya reconocida en su país natal con una gran retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de París en 1995, cautiva a los europeos que multiplican las exposiciones y las instalaciones de la artista: Londres (1996), Burdeos (1998), Bienal de Venecia (1999), donde se convierte en una de las artistas más reconocidas, de nuevo en Londres en 2005 y después en Bruselas.