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La Selva, cumbre de Petilla, un enclave navarro en Aragón

En las últimas épocas invernales se han publicado una amplia variedad de excursiones por el sinuoso relieve de las montañas de Cinco Villas. Cubiertas de bosques y pueblos con historia que se remontan a la época que formaron parte del Reino de Navarra, ofrecen una atractiva combinación a los visitantes de estas tierras olvidadas. Su clima de influencia mediterránea hace de este lugar de transición, situado entre los valles de los Pirineos y la llanura de la cuenca del Ebro, un lugar apropiado para visitar de octubre a mayo.

Los primeros documentos que testimonian la existencia de Petilla se remontan al año 938. Perteneció a Aragón hasta el siglo XIII, cuando el rey Pedro de ragón perdió Petilla y otros enclaves fortificados vecinos jugando a las cartas con el rey Sancho VII el Fuerte. Al no poder pagar los 20.000 maravedies de la apuesta, finalmente cedió Petilla al Reino de Navarra.

Tras resistir un asedio por los aragoneses a finales del siglo XIV, recibió el rango de villa. Desde entonces se ha conservado como Petilla de Aragón, diría Petilla de Navarra por su innata pertenencia. En 1860 Petilla llegó a tener un censo de 662 habitantes, 240 en 1960, y en la actualidad, 36. Como los pueblos vecinos de Uncastillo, Biel, Luesia, Urries, Sos… conserva edificios nobles, torres de cabo de armería y castillos de un pasado con historia.

El itinerario arranca poco después de pasar el mojón km 7, donde veremos frente a una casa forestal una señal de tráfico de “20 T” en el desvío de una pista (710 m.). En este lugar se encuentra un panel informativo que lleva a la fuente-merendero de Abacia. A pista nos llevará a cruzar por un puente la regata de El Vado para, una vez pasado una borda, iniciar una constante subida por el barranco de La Val.

Pronto dejaremos el desvío que lleva al observatorio de aves que veremos al regreso de esta ruta circular. Enseguida entraremos en contacto con el bosque, con predominio del pino de repoblación y silvestre, aunque veremos en las umbrías el roble y el haya. Más arriba, tras dejar a la izquierda la pista por la que regresaremos, donde se halla la fuente de Abacia, saldremos al collado del Contadero o portillo de Uncastillo (960 m.).

Bonito paisaje, un aperitivo de lo que veremos desde la cumbre. En este amplio collado se dan cita varias pistas. A la derecha, la que lleva a la carretera de Sos a Uncastillo, Pardinas de Ceñito por Roita y Petilla, tras rodear el cordal de La Selva. A la izquierda, otra pista que lleva a tres torretas del parque eólico es la que debemos continuar subiendo por una empinada pista. Una alambrada señala los límites de Nafarroa con Aragón, en un empinado corredor herboso hasta desembocar en el lomo cimero y, posteriormente, en la cumbre del macizo de La Selva.

Coronada por un vértice geodésico (1.158 m.), la vista se abre en todas las direcciones. Al norte, destaca el erizado perfil de los Pirineos de Jacetania y de Tena. La Alta comarca de Cinco Villas desde las sierras de Peña y Sos, hasta las sierrras de Santo Domingo, San Juan de la Peña y Oroel, quedan en un primer plano. Hacia el sur, la vista se pierde en la inmensa llanura valle del Ebro, donde destaca en el horizonte el solitario el Moncayo.

De regreso al collado del Contadero, tomaremos el primer desvío a la derecha, que nos llevará, tras contornear las boscosas laderas del cordal cimero, a situarnos encima del barranco de Rompesacos. Sin dejar de perder altura, la senda nos llevará a su amplia vaguada y a coincidir finalmente con la pista de subida.