Xandra  Romero
Nutricionista

Diversidad corporal: tamaño e imagen

Seguro que desde hace casi un año a alguno le estará resultando llamativa la cantidad de anuncios de televisión, en revistas y periódicos, así como también en redes sociales de mujeres, sobre todo son mujeres, con cuerpos más grandes de lo que veníamos viendo desde…¿toda la vida? Y es que parece que algo está cambiando en la sociedad y cada vez se está normalizando más el concepto de diversidad corporal que atañe al tamaño del cuerpo.

En este punto, algunos pensarán recelosos que se trata tan solo de una moda o una ovación al sobrepeso. Sin embargo, también podemos valorar la implicación que este fenómeno puede tener sobre ciertos aspectos, como la imagen corporal o la autoestima. Para explicarlo, primero, un poco de contexto: la adolescencia.

Durante la adolescencia, que dura desde los 10-12 hasta los 19 o 20 años, ocurren episodios tan significativos relativos al cuerpo como que, por ejemplo, los cambios corporales son tan drásticos como los del primer año de vida en cuanto a velocidad y transformación, pero con una diferencia fundamental: los adolescentes son conscientes. Por lo que es la primera vez en la vida en que el aspecto físico varía notablemente, en ocasiones, de la noche a la mañana, convirtiéndonos casi en desconocidos para nosotros mismos.

Esta construcción del autoconcepto y autoimagen es un proceso complejo y prolongado, que se realiza siempre en interacción social (comparación) y donde el cuerpo actúa y sirve como pantalla haciendo que las dificultades de aceptarse se proyecten en la apariencia física, afectando la autoestima.

En resumen, durante esta etapa se construye la imagen corporal, la cual está en constante comparación con la ‘imagen corporal ideal’ (representada en las amigas, las influencers…). Y en este sentido, desde diversos lugares nos llegan mensajes de que tener el ‘cuerpo perfecto’ es la clave para tener buena salud, confianza y éxito.

Sin embargo, tenemos la evidencia de que las comparaciones de apariencia pueden influir negativamente en la imagen corporal de las mujeres y están relacionadas con la insatisfacción corporal. Que la comparación con el ideal corporal social aumenta significativamente la comparación social, lo que a su vez recae en una mayor vigilancia corporal (obsesión por examinar cada parte del cuerpo), una apreciación más baja del cuerpo y una menor estima corporal. Y, por último, que la limitada representación de la diversidad de la imagen corporal en los medios de comunicación se ha relacionado con una mayor insatisfacción corporal.

¿Podría la exposición a la diversidad de tamaños corporales promover una mayor imagen corporal? Pues de momento habrá que esperar más para poder valorarlo, pero un reciente estudio concluye que la exposición a imágenes de diversidad corporal tuvo un impacto positivo en la compasión corporal general y la satisfacción corporal, lo que hace pensar que estar expuestos a imágenes de diversidad del tamaño y forma corporal, puede resultar un amortiguador contra la oferta del ideal de la delgadez.

Por eso, algunos países ya se están esforzando por mejorar la diversidad de la imagen corporal en los medios, incluyendo intentos de regular el tamaño corporal mínimo de las modelos en Israel y en el Estado francés o el desarrollo de códigos de prácticas como el Código de Conducta de la Industria Australiana sobre la Imagen Corporal.

Va siendo hora de poder crecer con distintos espejos en los que mirarnos, porque nuestro cuerpo es como cualquier otra característica que nos hace personas únicas y, como tal, puede ser de diferentes formas y tamaños.