Con el objetivo de que responda a sus «necesidades reales», Long Covid Euskal Kolektiboa ha pedido que los enfermos de covid persistente participen en el diseño de la nueva Unidad de Basurto.

Pretenden de este modo que esta Unidad «no se convierta en otra barrera más en lugar de en la solución» que necesitan los enfermos, según ha señalado este colectivo en un comunicado.

Reivindican unos criterios «claros y accesibles», basados en pruebas médicas específicas, para garantizar que quienes lo necesitan puedan acceder a la unidad, un contacto inmediato con las unidades de referencia en el Estado para aprender de su experiencia, y un acceso a pruebas diagnósticas específicas para evitar que sigan siendo «excluidos del sistema sanitario».

El colectivo ha recibido con «cautela» el anuncio de la apertura de la nueva Unidad, aunque considera positivo que Osakidetza «por fin» dé este paso, y ha mostrado su «profunda preocupación» por el sistema de derivación y «cómo se van a objetivar los casos para ser atendidos».

«Estigmatizados y apartados»

Los afectados denuncian que el sistema les ha «estigmatizado y apartado durante años», al ignorar sus peticiones y dejando sin asistencia a miles de enfermos.

Uno de sus «mayores temores» es que la nueva Unidad «termine convirtiéndose en otro filtro más que excluya a la mayoría de las personas afectadas».

En este sentido, recuerdan que la falta de reconocimiento del covid persistente dentro del sistema sanitario ha provocado que muchos pacientes hayan sido dados de alta «sin mejoría aparente, sin un diagnóstico adecuado y sin pruebas que respalden su estado de salud».

El colectivo afirma que si el sistema de derivación sigue la misma lógica de los últimos años, las personas que no hayan sido diagnosticadas formalmente quedarán fuera de esta Unidad, «a pesar de seguir con síntomas incapacitantes que afectan gravemente su calidad de vida».

Por ello, se pregunta cómo va a garantizar Osakidetza que esta Unidad «atienda realmente a quienes lo necesitan y no solo a quienes han tenido la suerte de encontrar un médico que haya reflejado su situación en la historia clínica».

Impacto laboral, familiar y social

El colectivo de afectados por el covid persistente recuerda en su nota que quienes padecen esta enfermedad, sufren «síntomas incapacitares» como fatiga extrema, dolores musculares y articulares, dificultades respiratorias o problemas cardiovasculares, entre otros.

Y que su impacto en la vida laboral «es devastador», ya que, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el 85% de las personas afectadas «no pueden trabajar con normalidad. De ellas, casi la mitad está de baja laboral o acude a su puesto con muchas dificultades, y solo un 15,6% puede trabajar en condiciones normales».

Añade al respecto que las personas que no han perdido su puesto de trabajo y que siguen trabajando «se ven obligadas a descansar el resto del día para poder acudir al trabajo al día siguiente, y los fines de semana deben dedicarlos exclusivamente al descanso». Esto hace que el covid persistente «sea incompatible con la vida laboral, familiar y social».