Xandra  Romero
Nutricionista
SALUD

La moda de ser diabético sin serlo

Segundo artículo de la serie sobre la diabetes que ha iniciado la dietista-nutricionista de 7K. En esta ocasión se remite a la influencia de las redes sociales, en las que se llega a transmitir que tratamientos para prevenir una enfermedad pueden utilizarse para otros fines, algo contraproducente.

Decíamos en el anterior artículo que hablaríamos más sobre la diabetes mellitus, pero no es exactamente sobre ella sobre lo que hablaremos, sino, más bien, sobre la nueva moda salida de TikTok: gente sin diabetes que se monitoriza la glucemia (nivel de azúcar en sangre) a fin de evitar los conocidos como “picos” de glucosa. De este modo, y como ocurre en otros casos, los tratamientos y herramientas para prevenir y tratar una enfermedad grave se convierten en moda dietética con el fin de controlar la alimentación y el peso corporal.

Pero, ¿qué son esos “picos” de glucosa? ¿Por qué está la gente controlándolos sin tener ninguna indicación médica para monitorear este parámetro? El Índice Glucémico (IG) cuantifica la respuesta glucémica e insulinémica a los hidratos de carbono ingeridos en los diferentes alimentos, comparándola con la respuesta de un alimento de referencia, habitualmente pan blanco o glucosa. De este modo, distintos tipos de carbohidratos generan picos o respuestas distintas; los hidratos de carbono complejos conocidos como almidones y que contienen fibra, algo de proteína, vitaminas y minerales, tienen una absorción lenta, por lo que su liberación de glucosa y la absorción de esta se producen de manera suave y gradual, o lo que es lo mismo, no hacen “picos”. Entre ellos se encuentran alimentos como avena, trigo, maíz, tubérculos, legumbres o zanahorias. Sin embargo, los carbohidratos simples, es decir, los azúcares como tal, son absorbidos y convertidos en energía rápidamente y su paso a la sangre también es rápido, es decir, generan “picos”.

En resumen, el IG representa la calidad del carbohidrato consumido, y los “picos” de glucosa hacen referencia a la velocidad y magnitud de las variaciones de la glucosa en sangre tras la ingesta y que, técnicamente, se llama respuesta glucémica.

Podemos decir que tanto el IG como los famosos “picos” son indicadores alternativos y válidos de la calidad de la dieta, y su asociación con la salud metabólica y los eventos cardiovasculares está ampliamente estudiada. ¡Ojo!, porque no se debe hacer uso aislado ni desconocer sus limitaciones, ya que diferentes cantidades y proporciones de macronutrientes, según los patrones de alimentación en las determinaciones del valor del IG de las comidas, pueden dar lugar a la confusión.

Por tanto, ¿es necesario controlar los picos de glucosa por “salud”? Claramente no, porque la indicación de comer carbohidratos complejos y evitar o reducir los azúcares simples es de sobra conocida y no es necesario andar midiendo la glucemia si se tiene una alimentación adecuada.

Pero aquí estamos, teniendo que explicar una nueva moda que, como ocurre con la celiaquía, hace “suyas” las limitaciones y tratamientos de una enfermedad seria banalizándola. ¿Cuáles son los riesgos? Entre otros, la obsesión por monitorear un parámetro innecesario puede llevar a algunas personas a un problema de salud mental, a una restricción importante e innecesaria de la dieta y un largo etcétera.