Xandra Romero
SALUD

Emergencia en València

No esperaba tener que escribir sobre una tragedia como la que vive València, y mucho menos sobre la importancia de atender las necesidades nutricionales de la población en una situación de emergencia. Dada la pésima gestión, es importante tener presente algunas cuestiones para aquellos que queramos seguir ayudando.

(Aldara Zarraoa | Getty Images)

En situaciones de emergencia, como es el caso que nos ocupa, el acceso y disponibilidad a alimentos en cantidad y calidad adecuados para cubrir las necesidades nutricionales de la población se ven mermados, y a ello se le suma el hecho de que las condiciones de agua, saneamiento e higiene se ven afectadas, por lo que se pone en riesgo el estado de salud de la población. En este sentido, en gran parte de estas crisis humanitarias se generan situaciones de inseguridad alimentaria que se relacionan directamente con el riesgo de desnutrición.

Este riesgo de desnutrición crónica y aguda puede ser otro escollo más con el que la población valenciana deba lidiar ahora y después. Esta condición reduce la capacidad de las personas para recuperarse después de una crisis, deteriora las funciones cognitivas, reduce la inmunidad contra las enfermedades, aumenta la propensión a padecer enfermedades crónicas y, además, puede aumentar la dependencia de ayuda continuada.

De modo que es este y no otro el propósito de la ayuda alimentaria que debemos proporcionar a través de las administraciones competentes, aunque hayan demostrado ser muy incompetentes, y a través de los donativos.

Por ello, el primer paso es proporcionar inmediatamente alimentos donde hay necesidad urgente, además de asegurarse la inocuidad de los mismos para evitar transmitir más enfermedades. Por esto precisamente se nos indicaba a la población que los donativos de comida fuesen mejor de enlatados, conservas y productos preparados. En segundo lugar, se debería realizar un seguimiento de la situación nutricional, de forma que la dosificación de la ayuda alimentaria pueda modificarse rápidamente según cambien las condiciones.

Y, para seguir, tengamos en cuenta cuando donemos ahora y más tarde, que ante una situación así, la ración de alimentos debe ser lo más sencilla posible: un alimento básico como es una fuente de carbohidratos en forma de arroz, maíz, harina de trigo…una fuente de alta densidad energética como aceite y una fuente de proteína de calidad como carne y pescado enlatado o en conserva y conservas de legumbres también.

Para terminar, ojalá no tuviésemos que aprender a gestionar por nuestra cuenta como individuos donativos de ayuda alimentaria, ojalá las administraciones competentes hubiesen hecho bien su trabajo…