Getxophoto: Vínculos a través de la cultura
El festival fotográfico Getxophoto se celebra en las calles de Getxo y este año afronta la 19ª edición. Su gran variedad de actividades le permite llegar a varios públicos y crear un ambiente accesible y familiar. Su mayor fortaleza: crear vínculos a través de la cultura.

Getxophoto es un festival en torno a la imagen, que sucede en el municipio de Getxo. Desde hace dieciocho años, exploran formatos expositivos vinculados al espacio público de la localidad y otras maneras de llegar al público. Al igual que el mundo visual, ha ido evolucionando y buscando su lugar hasta convertirse en una de las ofertas culturales más relevantes de Euskal Herria. A punto de cumplir la veintena de ediciones, su identidad como evento anual y su manera de trabajar le convierten en una referencia como proyecto cultural. En este reportaje, 7K conversa con Jokin Aspuru y Lucía Janto, director y coordinadora general, sobre el pasado, el presente y el futuro del festival.

ORIGEN DEL CERTAMEN: ¿Y SI HACEMOS UN FESTIVAL?
«Como la mayoría de las cosas que pasan en este país, todo surgió alrededor de una mesa». En el año 2007 tuvo lugar la primera edición de Getxophoto. Jokin Aspuru dirigía por aquel entonces la revista en euskara “UK”, un proyecto editorial en el que ya se le dedicaba mucho espacio a la fotografía y que supuso el paso previo para que aquellos intereses dieran con la idea de crear un festival. Para ello constituyeron la asociación Begihandi que, a día de hoy, sigue siendo el motor que pone todo en marcha.
Desde el principio tuvieron claro que se realizaría en la calle. La cuestión del espacio público surge por la ausencia de lugares adecuados para el contenido que se quiso presentar y, a su vez, como una experimentación con el formato expositivo habitual. También desde el principio, Getxophoto decidió contar con un comisariado externo y un tema cada año. Una manera de proponer que alguien ajeno al equipo pudiera asumir la carga de la programación, aportando frescura, puntos de vista diversos y una constante actualización del contenido.

A nivel programático, Getxophoto realiza diversas actividades orientadas a diferentes tipos de público. Jokin Aspuru asegura que «el festival es la suma de muchas cosas pequeñas que para nosotros son muy importantes. Intentamos cuidar cada una de ellas por igual».
Los números no mienten. Durante estos años han contado con siete comisarias diferentes y han trabajado con más de 360 artistas. Cifras que dan buena cuenta del camino recorrido. «Tenemos la responsabilidad de no producir en vano. No traemos exposiciones ya preparadas, sino que producimos aquí los proyectos y por eso nos da tanto trabajo».
Getxophoto, que ha contado desde el inicio con el apoyo del Ayuntamiento de Getxo como una de sus fuentes de financiación más estables, necesita para cada edición de otros recursos para poder sobrevivir y mantener a flote el equipo de trabajo que lo hace posible. «Hemos tenido apoyo municipal desde el principio, pero siempre hemos reivindicado que somos una gestión independiente», recuerda Jokin Aspuru.

LA CALLE COMO ESCENARIO
Getxophoto y el espacio público son inseparables desde el principio, pero hace dos décadas no era tan habitual trabajar de esta manera. Las reflexiones en torno a la ciudad como escenario para la creación artística han ido evolucionando, encontrando nuevas visiones críticas y maneras de entender este binomio. Con todo, la relación con la calle se da desde el origen de la idea. Tal y como señala Lucía Janto, coordinadora general, «realmente la necesidad de trabajar en el espacio público surge de una manera natural. Consideramos que no había salas adecuadas y yo, que venía de fuera, tenía la percepción de que la calle necesitaba activarse».
Además de eso, no puede obviarse que el espacio al que nos referimos es la localidad de Getxo, «un lugar muy amable, visualmente limpio y muy dispuesto para este tipo de actividades». Y, por otro lado, un municipio más asequible en cuanto a gestión que ciudades o espacios de mayor escala.
Ambas condiciones influyen para poner en pie una de las fortalezas del festival, no sin esfuerzo. «El espacio público ha cambiado mucho, antes era más quinqui y su gestión mucho más laxa y orgánica. Esto también nos permitió trabajar de una manera muy libre. Ahora es muy complicado», apunta el director del certamen.
Por su parte, el significado del espacio de la ciudad y de sus usos sigue siendo una reivindicación presente y que, de algún modo, Getxophoto mantiene en pie. Como nos comenta Lucía Janto, «a día de hoy el espacio público sigue estando destinado a uso privado, y cualquier actividad diferente es siempre una interferencia en lo cotidiano».
Salir de las fronteras de la galería cerrada o de la sala de exposiciones provoca que se disparen cuestiones inherentes a exponer en diferentes lugares del pueblo. La responsabilidad sobre lo que se plantea supera las paredes de la galería e inunda la cotidianidad de Getxo. Mayor visibilidad requiere mayor cuidado sobre aquello que se presenta y con los lugares donde convive.

DIVERSIDAD DE PÚBLICOS, CREAR EL VÍNCULO
Desde la primera edición, Getxophoto ha sido capaz de convocar diferentes tipologías de público. Esta es una de las cualidades más valiosas y uno de los anhelos de muchas ofertas culturales. Tal y como confirma su director, «tenemos desde la persona que encuentra una pieza y no sabe de qué se trata, hasta fans del festival que vienen cada año».
Entre su abanico de asistencia encontramos al público casual, a quien guarda fidelidad cada edición y conoce la evolución del evento, a quien acude a Getxo únicamente para disfrutar de lo que se presenta y, por supuesto, a las propias vecinas del municipio que cada nueva entrega son parte inseparable de la celebración.
En este sentido, cabe destacar cómo muchas de las personas que habitan en Getxo se apropian del festival como una riqueza inmaterial que ha acabado por ser parte de la identidad de su pueblo. El equipo de Getxophoto nos cuenta cómo muchas veces opinan sobre el contenido, dan a conocer su desacuerdo por algunas decisiones y se hacen escuchar para cualquier sugerencia. «Nos paran por la calle e incluso nos preguntan por algunas obras o por la temática del año siguiente. Pero, además, se relacionan con artistas y comisarias preguntándoles sobre cualquier detalle sin ningún problema».

Las diferentes capas de público requieren diferentes maneras de codificar el contenido, es decir, entender muy bien a quién se pretende interpelar en cada una de las fases para acertar y dirigir las fuerzas. En definitiva, cuidar el proceso de mediación como parte inseparable de las propuestas artísticas pero sin descuidar el contenido. «No se trata de simplificar o bajar el nivel, es un esfuerzo por aterrizar el lenguaje para que pueda alcanzar a todos nuestros públicos».
Para la organización, el éxito del certamen reside en su potencia para la creación de relaciones. Jokin Aspuru subraya que «uno de los valores que tenemos y que más cuidamos es la capacidad para generar vínculos. Eso garantiza que Getxophoto tenga alma y es un elemento diferencial. Existe una vivencia más allá de un resultado».
Cuando en el año 2018 se programó un documental sobre la vida de las Sun Ladies, una brigada de mujeres del Ejército kurdo, la organización invitó al público a escribir unas palabras sobre su opinión. Aquellos mensajes llegaron a las guerrilleras que, meses después, contestaron enviando fotografías mientras leían emocionadas los manuscritos enviados desde Getxo. En la siguiente edición, se hizo una exposición con aquellas imágenes: «la gente lloraba de emoción al ver la muestra. Estas son las cosas que verdaderamente nos interesan como festival, aunque no siempre lo conseguimos».

EVOLUCIÓN DE LA IMAGEN Y ACTUALIZACIÓN DEL FESTIVAL
En un momento como el que nos ha tocado vivir, no es baladí coordinar un festival en torno a la imagen. El desarrollo de nuevos medios de creación y distribución digital, la irrupción de las redes sociales, la manera en la que los dispositivos portátiles han pasado al primer plano de nuestro día a día y nuestra necesidad de consumir, se encuentran en constante cambio. Simplemente con recordar que Youtube tenía solo dos años con la primera edición -en el año 2007-, entendemos la envergadura de esta evolución.
A este respecto, el equipo lo tiene claro, pues «el festival intenta estar siempre en las temáticas que se están dando en la actualidad. Nos obligamos a mantenerlo activo». Pero no es un objetivo fácil. Es por eso que, si bien «las primeras ediciones fueron puramente fotográficas, fue un acierto decidir cambiar cada tres años de ciclo comisarial. Nos rodeamos de gente que trabaja otras miradas, y con cada nueva comisaria abrimos nuevos temas de conversación».
No cabe duda que la práctica fotográfica y todo lo que la rodea, acaba disuelta en el gran cajón que es el mundo de la imagen. Sin abandonar este perfil de un evento que se enuncia desde lo fotográfico, la realidad ha hecho, tal y como comentan, que «Getxophoto sea un gran puzzle que combine diferentes orígenes, referencias culturales y lenguajes visuales. Todo esto nos ha llevado a trabajar disciplinas como el vídeo o la realidad virtual», cuestiones que no hace tantos años, eran inimaginables.

EDICIÓN 2025: REC
La edición de este año, además de ser la número diecinueve, es la última del ciclo comisarial planteado por la comisaria e investigadora María Ptqk (Bilbo, 1976). Con su llegada en el año 2023, María Ptqk propuso pensar en torno a la necesidad de detener nuestros ritmos de productividad constante bajo el título “PAUSA!”. En la edición de 2024, “PLAY” nos invitaba a activarnos y a pensar desde lo lúdico.
Para esta entrega, “REC” nos habla de una reflexión sobre el propio medio fotográfico. Por un lado, sobre su capacidad de ser veraz en los tiempos de la sobreproducción, las “fake news” y la Inteligencia Artificial. Por otro lado, nos invita a pensar cómo será la memoria del futuro cuando dependa de todos estos archivos ligados a «soportes tecnológicos afectados por la cadena de la obsolescencia programada y dependientes tanto materialmente como a nivel de recursos energéticos».
De su trabajo como comisaria en Getxophoto, María Ptqk destaca que es un festival eminentemente ciudadano. «Creo con convicción en la capacidad del arte para llegar a todo tipo de público», afirma Ptqk. Para eso contamos con propuestas de diversos lugares del mundo que «nos sacan del eje blanco-céntrico de Europa y EEUU y miramos a Asia, África y América Latina». A su vez, nos resalta la capacidad de Getxophoto para aunar «artistas de diferentes generaciones, así como internacionales y artistas locales, todo ello conviviendo dentro de un ambiente familiar. Esto es una de las riquezas de Getxophoto». Para la comisaria, esto es en el fondo una manera de «entender la práctica comisarial y la práctica cultural». Sobre esta cualidad, Lucía Janto añade que, «además, María es capaz de hacer accesibles discursos que pueden parecer, a priori, complejos. Esta adaptación, que es muy difícil, ayuda mucho en un contexto como el nuestro».
Para entender todo esto, nada como acercarse a Getxo a partir del 29 de mayo y hasta el 22 de junio. Exposiciones, playlist, publicaciones, charlas, visitas guiadas o encuentros profesionales nos esperan para desgranar todo lo que “REC” tiene preparado para esta edición número diecinueve.

EL TRABAJO CONSTANTE Y LA EDICIÓN NÚMERO 20
Como todas las propuestas independientes, Getxophoto convive siempre con el riesgo de la desaparición. Jokin Aspuru revela que «gestionar la incertidumbre es parte de nuestro ADN, sabemos movernos en esos terrenos» pero, aun y todo, «somos un equipo pequeño y hemos sido muy persistentes. Lo hemos pasado mal, sin cobrar o cobrando muy mal».
A pesar de que Getxophoto es un proyecto que desde fuera se ve estable, presenta una serie de fragilidades que son inherentes a todas las iniciativas culturales que necesitan financiación. Lucia Janto nos comparte que, si bien «el evento camina solo, cada año subimos nuevas montañas. Es una pelea sacarlo adelante y también hay un grado de cansancio». A esto conviene añadir que «tenemos el mismo presupuesto que hace quince años. No quiero reflejar una queja porque somos un proyecto privilegiado en muchos aspectos, pero es cierto que la financiación para la cultura está siempre en una crisis permanente». No todas las ideas de este tipo son capaces de aguantar tanto tiempo. La coordinadora general no olvida que «estamos rodeados de amigas que han sacado iniciativas mucho más pequeñas adelante y que han acabado desapareciendo».
Lo que sí es seguro es que, una vez que termine esta edición, el equipo ya se pondrá en marcha para la próxima que será, sin duda, especial. Getxophoto celebrará en 2026 su edición número veinte. No hay mucho que decir aún sobre esto pero desde Getxo nos anuncian que planean diseñar una edición «un poco especial, pero sin una visión retrospectiva. Creemos que intentaremos valorar el concepto de reseteo como sinónimo de volver a empezar». Una de las ideas que sí se pueden adelantar es que, de cara al próximo año, la página web, en la que se puede encontrar el histórico de todas las ediciones, va a ser rediseñada para ofrecer una nueva accesibilidad a los archivos de los proyectos. Una manera de ejercer una responsabilidad sobre el legado de lo que han conseguido después de tantos años.
Getxophoto es una cita ineludible. Un encuentro que nos invita a reflexionar sobre la imagen y el mundo que construimos a través de ella. Para conseguirlo, se sirve de crear propuestas accesibles, atractivas, interesantes y necesarias para poder acercarnos a ellas sin ningún impedimento. Un proyecto como este pone en valor la capacidad de agentes de nuestro territorio para crear contenido crítico y de calidad, y su longevidad es buena prueba de ello. Quizás nuestra labor como público sea acudir a disfrutar de lo que nos proponen, pero también cuidar, exigir y valorar la necesidad de que contenidos así sean posibles. De lo contrario, abandonaremos a su suerte el futuro de nuestro contexto cultural, y esto sí que no nos lo podemos permitir.

Kulturak sortzen dituen hariak
Getxophoto, urtero Getxon egiten den argazkilaritza jaialdia, irudietan oinarritutako ekitaldi bat baino gehiago da. Martxan daramatzan hemeretzi urteetan bere jarduera eta irismena areagotzen joan dira. Kalean egiten den erakusketa handi bat baino gehiago da, ordea. Haren ezaugarri nagusien artean dago ikusleen eta artisten arteko loturak sortzea, kultura bera baita, hain zuzen, mundua begiratzeko beste prisma bat eskaintzen digun tresna.

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