Billie Marten

Con “Dog Eared”, su quinto álbum de estudio, Billie Marten confirma su estatus como una de las voces más singulares e introspectivas del actual panorama musical británico. La cantautora, que comenzó su carrera subiendo versiones a YouTube con apenas nueve años, consolida una evolución artística que la sitúa entre las mejores exponentes del folk contemporáneo de Gran Bretaña.
Su nuevo álbum es un disco cálido, rico y con textura, que rebosa confianza y seguridad en sí misma. Es un giro respecto a sus grabaciones anteriores, aunque llevado a cabo con delicadeza. Una música que abraza el cambio sin dejar de ser fiel a su esencia. Grabado en el estudio Sugar Mountain de Brooklyn durante el verano de 2024, el álbum se concibió en unas condiciones que salen de los estándares habituales en las grabaciones: sin cascos para las escuchas, sin barreras físicas entre músicos y con todos tocando juntos en un círculo. El productor Phil Weinrobe -conocido por su trabajo con Adrianne Lenker, Buck Meek y Laura Veirs- priorizó la espontaneidad y la intimidad. Y esa decisión marca el pulso de “Dog Eared”, un disco que respira naturalidad, conexión humana y un amor renovado por lo acústico.
La lista de colaboradores es impresionante. Entre ellos, la cantautora y guitarrista catalana Núria Graham, el bajista Josh Crumbly, el virtuoso guitarrista Mike Haldeman, el multiinstrumentista Shahzad Ismaily, el reconocido músico de indie-rock Sam Evian, la exvocalista de Dirty Projectors Maia Friedman, el percusionista brasileño Mauro Refosco, el batería y multiinstrumentista Vishal Nayak y el aclamado músico de folk Sam Amidon aportan su toque mágico a este trabajo. Una banda repleta de talento, con créditos en discos de Cassandra Jenkins, Kamasi Washington, Moses Sumney, Robert Glasper, David Byrne o Feist entre otros y ahora, Billie Marten. Todos ellos han trabajado bajo una misma premisa: servir a la narrativa sonora de Billie sin imponerse, sino sumando detalles precisos que enriquecen cada canción.
Uno de los primeros sencillos, “Feeling”, es una pequeña joya de folk con una pedal steel y ritmos sincopados que recuerdan a Gillian Welch y Laura Marling, pero con un enfoque melódico que lleva la impronta de Marten. Destaca la madurez emocional de esta canción, que habla de usar la vulnerabilidad como fuerza para salir adelante.
Si bien Billie siempre se ha movido en territorios acústicos y sobrios, este disco incorpora una estructura rítmica más orgánica, incluso con guiños al country alternativo y a la americana, todo sin perder su esencia. Junto a ello, a pesar de su juventud, Marten ha sabido construir una carrera sólida, sin concesiones comerciales y con una ética de trabajo centrada en la autenticidad. El disco consolida a Billie Marten como una voz relevante del folk europeo y la alinea con una nueva generación de músicos que valoran el proceso artesanal en la composición.
MF Tomlinson
El tercer álbum de MF Tomlinson, “Die To Wake Up From A Dream”, es una vívida exploración de la vida contemporánea que combina paisajes sonoros orgánicos y electrónicos. Producido por Tomlinson en su estudio de Poplar en Londres, el álbum bebe de influencias del folk, shoegaze, art-rock, prog y música orquestal. Los temas van desde la expansiva apertura de “Blink & You’ll Miss It” hasta instrumentales en los que colabora Jacken Elswyth del colectivo Shovel Dance o el turbulento “Your Flight (Dying/Another Dream)” con voces de Florence Shaw de Dry Cleaning. Grabado meticulosamente instrumento por instrumento, el disco refleja paisajes sonoros cambiantes.
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