TERESA MOLERES
SORBURUA

Cuentos de Navidad

A lber Vázquez (Errenteria, 1969) escribe un cuento sobre los basajaun que habitaban los bosques vascos antes de que llegasen gentes procedentes del norte helado buscando un lugar mejor para vivir. Sus primeras relaciones eran problemáticas por falta de entendimiento y miedo a lo desconocido, hasta que terminaron siendo amistosas gracias a la ayuda que los basajaun prestaron a los recién llegados para paliar su hambruna durante el oscuro y frío invierno, y por la curación con hierbas, de las que tenían gran conocimiento los forasteros, de un anciano basajaun herido por un oso malvado.

Dos cuentos escritos por Hans Christian Andersen (1805-1875), “La pequeña vendedora de cerillas” y “El último sueño del viejo roble”, están ambientados en la Navidad nórdica. En el primero, nos cuenta cómo una niña pobre y descalza intenta vender cerillas la noche de Navidad. Aterrada porque no ha vendido nada, se refugia entre dos casas. Para calentarse, enciende una cerilla y surge una estufa con un alegre fuego, pero se apaga la cerilla y desaparece el calor. Enciende otra y ve un apetitoso pavo relleno, pero antes de cogerlo, se apaga la cerilla. Enciende una tercera y el que aparece es el maravilloso árbol de Navidad del rico del pueblo lleno de velas y estrellas. Una estrella del árbol asciende al cielo y recuerda el dicho de su abuela: «Es un alma que va al cielo». La niña enciende la última cerilla y aparece su abuela resplandeciente. Juntas ascienden al cielo, donde no hay frío, ni hambre, ni miedo. A la mañana siguiente, la niña aparece congelada.

En “El ultimo sueño de un roble viejo”, un roble de cuatrocientos años comienza a dormirse la noche de Navidad. Sueña y hace un recorrido de su vida, cuando la bellota le servía de cuna. También rememora para qué ha servido su vida: ha sido referencia para los navegantes que se acercan a tierra, nido de pájaros, abrigo para las aves migratorias... Repasa su historia al paso de los siglos: de su sombra han disfrutado los caballeros, las damas, los soldados agotados, los alegres compañeros reunidos…

El roble celebra su vida, tan rica como la de los humanos, y dice: «Ahora voy a volar». Y efectivamente, esa noche una violenta tempestad le arranca de la tierra y lo echa al mar.

Cuentos de Navidad que nos hablan del encuentro entre diferentes, de marginados y el alegre reencuentro con el pasado.