XANDRA ROMERO
SALUD

Abuso de laxantes

Son sustancias que se anuncian con frecuencia en la televisión (a veces de forma engañosa) como una solución rápida y eficaz. Además, se pueden comprar sin necesidad de receta médica en cualquier farmacia, de tal forma que la sociedad los considera sustancias seguras y bien toleradas.

Hablamos de los laxantes y de cómo todo lo anterior, junto con la creencia errónea de que la frecuencia de las deposiciones debe ser diaria y que tomarlos facilita la pérdida de peso, ha hecho que su «uso» se haya «normalizado» tanto, que hoy en día el abuso de laxantes tiene una incidencia al alza en la población general y es bastante frecuente entre ciertos grupos.

Pero, ¿cuándo se considera abuso? Según el National Institute on Drug Abuse, se da cuando se usa dicho medicamento sin la receta médica correspondiente, de una manera distinta a la prescrita o para lograr la experiencia o sensación que provoca. Tanto es así, que existen varias revisiones de estudios científicos sobre el tema, como la publicada en la revista “Drugs” en 2010 bajo el título de “Laxative abuse: epidemiology, diagnosis and management”. En este texto, describen varios grupos de población donde la prevalencia de abuso de laxantes es elevada. La frecuencia más alta la encontramos en las personas con trastornos de la conducta alimentaria, que, junto con otro de los grupos compuesto por atletas que practican deportes con una limitación del peso, los utilizan como una forma más de controlar el peso corporal.

En segundo lugar, encontramos a los sujetos de mediana edad que comienzan a sufrir estreñimiento y por ello, empiezan a consumir laxantes, prolongando su uso más allá de lo debido. Un ejemplo son los datos que se obtuvieron en una encuesta realizada a personas mayores de 55 años, donde el 79% creía que era necesario una deposición diaria para gozar de buena salud.

Como siempre, el problema radica en que cuando la frecuencia y la duración del uso de laxantes son mayores de las necesarias, pueden aparecer complicaciones y, en este caso, una de ellas es la adicción en términos de comportamiento, ya que producen tolerancia y dependencia.

Es importante recordar que no es necesario evacuar una vez al día. Algunas personas saludables lo hacen únicamente tres veces a la semana y otras, cierto número de veces al día.

Además, en el caso de existir estreñimiento crónico, el uso de laxantes es la peor manera de enfocar el problema, porque a la larga se convierte en una espiral en la que se va aumentando la dosis de laxantes y agravando el estreñimiento. Y es la peor opción, ya que los estudios realizados sobre estos fármacos y la dieta no han encontrado evidencias suficientes que recomienden el uso de laxantes contra el estreñimiento.

Como siempre, mi análisis personal se sustenta en la idea de que nos han metido en la cabeza que la buena digestión no ha de notarse. Por lo tanto, no es raro que algunas personas piensen que si se sienten hinchadas, especialmente llenas, una solución puede ser aumentar la frecuencia de evacuación. Se nos ha olvidado lo que es sentirse «fisiológicamente» normal. Los anuncios del tipo «Cariño, esta tripa no es mía» hacen mella en nuestra mente, sobre todo la femenina.