BERTA GARCIA
CONSUMO

Motores trucados

Han pasado seis meses desde que se destapara el fraude que cometió el Grupo Volkswagen al trucar los motores de sus vehículos para que parecieran menos contaminantes. Una vez reconocido el delito públicamente, la empresa se comprometió a reparar los daños a partir de marzo de 2016.

Para refrescar la memoria de nuestros lectores decir que la manipulación de los vehículos afecta «a la familia de motores EA 189, y en concreto a tres cilindradas de motores (2.0, 1.2 y 1.6), cada uno de ellos de un fabricante distinto del sistema de inyección (Bosch, Delphi y Conti, respectivamente). Las medidas a adoptar, según el grupo, serán de cambio de software, pero añaden que es probable que en los motores 1.6 también sea necesario algún cambio de hardware». (Fuente Kontsumobide Noticias 16/11/2015).

El calendario ha ido pasando hojas, pero los afectados siguen a la espera de que se les llame para solucionar el entuerto. De momento no hay movimiento de fichas, así que las organizaciones de consumidores amagan con llevar el asunto a los Tribunales de Justicia. Es el caso de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), que invita a las personas afectadas a sumarse a una macro-demanda colectiva y para ello ha abierto el plazo para la adhesión hasta el 17 de mayo próximo.

Es importante que se tengan en cuenta estos datos antes de intentar avanzar. Primero, haber adquirido el coche entre los años 2009 y 2015 y segundo, que se encuentre entre estos modelos: Audi –A1, A3, A4, A5, A6, Q3, Q5, TT–; Seat –Alhambra, Altea, Exeo, Ibiza, León, Toledo–; Skoda –Fabia, Octavia, Rapid, Roomster, Scout, Superb, Yeti– y Volkswagen –Beetle, Golf, Jetta, Polo, Passat, Scirocco, Sharan, Touran, Tiguan –.

Si se está entre los afectados por el fraude, además de tener derecho a la desinstalación del “dispositivo engañoso” sin coste alguno, y el uso y disfrute de un vehículo de sustitución en tanto dure la reparación, también se tiene derecho a una compensación económica. Al menos esto es a lo que aspira la OCU con su macro-demanda colectiva. Que no se vayan de rositas.