XANDRA ROMERO
SALUD

Actualización en alimentación infantil

A&discReturn;unque no lo parezca, en los últimos años las recomendaciones sobre alimentación infantil de los principales organismos de salud han sufrido cambios profundos. En este artículo revisamos cuáles son y, como siempre, si la ciencia los apoya. Para empezar, el más significativo y quizás inicial se produce en 2002, cuando la Organización Mundial de la Salud recomendó que la edad para el inicio de la alimentación complementaria debía ser cambiada de 4 a 6 meses de edad hasta los 6 meses. Este cambio se produce cuando la OMS aconseja una extensión de la fase de lactancia materna exclusiva de 4 a 6 meses a 6 meses de edad. En ese período de tiempo, la función renal del lactante, la función digestiva y habilidades motoras orales, es decir, masticar y tragar, se han desarrollado lo suficiente como para manejar alimentos sólidos y ser capaces de alimentarse por sí mismos.

Asimismo, cabe destacar que, además de por extender el período de lactancia y por la madurez de sistemas renal y digestivo del lactante, otra cuestión a tener en cuenta respecto a este cambio es la elevada prevalencia de casos de asma y de alergias. Durante muchos años se mantuvo la recomendación de retrasar la introducción de ciertos alimentos para proteger al bebé de desarrollar alergia a los mismos, pero tras numerosas investigaciones y revisiones científicas se ha concluido que esta práctica no ha logrado contribuir a la disminución significativa de los casos de alergia en niños por lo que cada día se aconseja menos.

Esta falta de evidencia para retrasar la introducción de los lácteos (queso y yogur), el huevo, el gluten, el pescado (evitar los de gran tamaño por el aporte de mercurio), los frutos secos o los cítricos más allá de los 6 meses en niños sin antecedentes de alergias, ha ocasionado que asociaciones como la Academia Americana de Pediatría o la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) modificaran sus recomendaciones acerca de la introducción de alimentos y acordasen que no se sugiriera a las madres evitar estos alimentos ni en el embarazo, ni en la lactancia ni en los primeros meses de alimentación complementaria.

En la actualidad se están llevando a cabo estudios que plantean que la introducción más temprana que tardía (a partir de los 6 meses en lugar del año) de algunos de estos alimentos puede favorecer el desarrollo de tolerancia inmunológica y prevenir la aparición de alergias, pero los datos aún no son concluyentes.

En mayo de 2010 una revisión de la literatura científica disponible hasta la fecha se publicaba en “Current Opinion in Clinical Nutrition & Metabolic Care”, concluyendo que es innecesario demorar la incorporación de alimentos potencialmente alergénicos en bebés.

Como colofón final de todos estos cambios surge el Baby-Led Weaning (BLW) o la alimentación autorregulada, donde es el propio bebé quien dirige el proceso de cambio hacia la alimentación complementaria o sólida en vez de requerir la ayuda de los padres con el conocido formato puré. 

De las ventajas, inconvenientes y de las bases científicas del BLW hablaremos en el siguiente artículo.