La reacción de M. Night Shyamalan está siendo admirable, porque cuando los medios especializados daban ya su carrera por arruinada, ha sabido rehacerse para volver a empezar desde cero creciendo de forma sorprendente con cada nueva película. A base de trabajo y esfuerzo se ha repuesto de los reveses de la taquilla, manteniendo su nombre y su autoría en primera línea. Ahora mismo está de plena actualidad con la emisión de la serie televisiva “Wayward Pines” y con el anuncio para el mes de enero del esperado estreno de “Split”, que va a ser el largometraje de mayor duración de toda su filmografía con dos horas de tensión y suspense. El cineasta de origen indio empezó la remontada con su anterior “La visita” (2015), que costó solo 5 millones de dólares y recaudó unos 65. Tras las millonarias pérdidas acumuladas con las superproducciones “Airbender. El último guerrero” (2010) y “After Earth” (2013), Hollywood perdió la confianza en Shyamalan, y éste no tuvo otro remedio que reinventarse a si mismo. Para ello se refugió en el cine low cost, asociándose con el productor de terror barato Jason Blum, con el que repite en “Split” para superar los ingresos obtenidos con su previa y exitosa colaboración.

Se puede decir sin victimismos que Shyamalan pagó el precio de la fama en sus inicios, cuando la industria vio en él a un nuevo rey Midas del cine de género a raíz del impacto que causó en un público masivo “El sexto sentido” (1999). Por eso, sus siguientes “El protegido” (2000), “Señales” (2002), “El bosque” (2004), “La joven del agua” (2006) y “El incidente” (2008) fueron intentos infructuosos por mantenerse al máximo nivel dentro del cine de gran presupuesto, sin dejar de ser fiel a la intriga fantástica, como Hitchcock lo fue al suspense. Para poder seguir haciendo el cine que le gusta, se ha visto obligado a abrazar la serie B, algo que hace unos años no se le habría pasado por la cabeza de ninguna manera.

Y lo más llamativo es que a estas alturas Shyamalan pueda sacarse de la manga un guion tan sorprendente como el de “Split”, con un desarrollo que se ajusta a su estilo visual siempre inquietante. El trailer está muy conseguido y ya ha disparado la expectación en las redes, despertando la curiosidad y el interés por una película que en su versión en castellano se va a titular “Múltiple”. Se le ve más escorado que nunca hacia el thriller de terror sicológico, pues no en vano el protagonista es un sicópata, claro que diferente a lo que se ha visto hasta ahora en la gran pantalla. Se trata de un paciente que sufre personalidad múltiple debido a un trastorno de identidad disociativa, en un caso médico que resulta especialmente espectacular debido a que el sujeto en cuestión posee 24 personalidades distintas, y la vigesimocuarta es la más peligrosa de todas. De manifestarse generará situaciones inevitables de peligrosa violencia, ya que es bestial y domina sobre las 23 restantes.

Para un papel tan complejo y poliédrico se barajaron desde el principio actores de gran versatilidad como Joaquin Phoenix o Leonardo DiCaprio, pero el finalmente el elegido fue James McAvoy en una decisión muy acertada. El escocés da la campanada en un constante tour de force, pasando de una transformación a otra de forma turbadora, incluyendo en el inagotable repertorio de identidades ocultas las infantiles o las de mujer. Aislado del exterior y de los demás en el sótano de su casa, no podrá evitar secuestrar y encerrar allí a tres adolescentes, siendo Anya Taylor-Joy la que más resistencia ofrece. También es la actriz más ascendente del trío, después de sobresalir en “La bruja” y “Morgan”, a la espera de verla de “Marrowbone”, que supone el debut en la dirección del guionista de suspense Sergio G. Sánchez. Las dos jóvenes actrices que le secundan son Haley Lu Richardson y Jessica Sula.