MIKEL INSAUSTI
CINE

«Beauty and the Beast»

Los cuentos tradicionales no tienen dueño, porque son de dominio público. Eso es en teoría, ya que Disney ha hecho suyos algunos de ellos, por no decir la mayoría. El largometraje animado que el estudio de Burbank produjo en 1991 de “La Bella y la Bestia” se convirtió automáticamente en un clásico, debido sobre todo a la versión escénica que empezó a recorrer todo el mundo tres años después, haciendo del original un musical de éxito. Ahora llega la correspondiente adaptación en imagen real destinada a consolidar un producto típicamente Disney, que va a hacer olvidar el resto de la cantidad de versiones que se han hecho de una fábula, cuyas primeras publicaciones escritas aparecieron a mediados del siglo XVIII siendo atribuidas a Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve y a Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. Los guionistas al servicio de la casa fundada por el tío Walt estaban empeñados en introducir cambios actualizadores, pero al llegar el veterano Bill Condon a la dirección dijo que debía quedarse tal como ya estaba, y la única novedad son dos nuevas canciones compuestas por Alan Menken. La letra es de Tim Rice, que fue el sucesor de Howard Ashman, fallecido en el mismo 1991. Las demás canciones son las de la película original, sin el añadido de las del posterior montaje teatral.

Las dos nuevas canciones se titulan “For Evermore” y “Days in the Sun”, siendo la primera interpretada por el protagonista masculino Dan Stevens, mientras que la segunda la cantan a coro los objetos parlantes del castillo. Quienes ponen sus voces como dobladores son Ian McKellen, que hace del reloj Din Don; Emma Thompson como la tetera señora Potts; Ewan McGregor como el candelabro Lumière; Gugu Mbatha-Raw como el plumero Plumette, y Stanley Tucci haciendo del piano Cadenza. Un reparto de lujo que se completa con los personajes humanos, encabezados por la pareja estelar que forman Emma Watson y Dan Stevens, al que le ha tocado someterse a las sesiones de maquillaje de la Bestia. Otro rol importante es el de Maurice, padre de Bella, que recae en el veterano Kevin Kline. También lo es el del cazador Gastón, a cargo de Luke Evans, secundado por Josh Gad como su amigo Lefou. Bill Paxton hace las veces de narrador, presentando a Harriet Jones como la reina y a Henry Garrett como el rey.

En el apartado técnico la cosa promete aún más si cabe, teniendo en cuenta que la producción de “Beauty and the Beast” ha abarcado dos largos años, con un ritmo de trabajo tan exigente que cada día de rodaje se corresponde con apenas unos segundos del montaje final. Hay efectos de captura de movimiento muy desarrollados, y el diseño artístico cuida hasta el más mínimo detalle, teniendo a la rosa que desencadena todos los acontecimientos del relato como icono más preciado. Alrededor suyo giran todas las transformaciones a partir de los decorados construidos en los estudios Shepperton de Londres. En el ya de por sí sorprendente primer tráiler se puede observar, a modo de simple ejemplo, el nuevo diseño para la ocasión del castillo de Disney.

Con semejante despliegue de medios poco importa que hayan transcurrido solamente dos años desde el estreno de la última adaptación con personajes de carne y hueso de “La Bella y la Bestia” (2014), y es que la realización europea de Christophe Gans, protagonizada por Léa Seydoux y Vincent Cassel, poca o ninguna oposición puede presentar. Vista dentro del mercado francófono tampoco logró conectar con la aportación creativa imperecedera de Jean Cocteau en “La Belle et la Bête” (1945), con Josette Day y Jean Marais. Tampoco ha pasado tanto tiempo desde la serie televisiva que protagonizaron Linda Hamilton y Ron Perlman, la cual sí que se permitía las licencias de las que no han querido saber nada finalmente en Disney.