MIKEL INSAUSTI
CINE

«Jackie»

La recepción de la crítica a “Jackie” en la Mostra de Venecia no pudo ser mejor, y además recibió el premio al Mejor Guion para su autor Noah Oppenheim. Pero en el resto de premios anuales la mejor colocada es la estelar Natalie Portman, que ya está nominada al Globo de Oro de Mejor Actriz, siendo una clara favorita para los Oscar. Sería su tercera nominación, y de ganarla se haría con su segunda estatuilla. La que tiene la obtuvo por “Cisne negro”, bajo la dirección de Darren Aronofsky, quien ahora figura como coproductor. Se debe a que “Jackie” fue inicialmente un proyecto suyo, que al final ha dejado en manos del cineasta chileno Pablo Larrain, quien hace su primera aproximación a Hollywood desde una coproducción independiente en la que también participa su hermano Juan de Dios Larrain y el francés Pascal Cacheteux. Es la primera película que rueda en inglés, y con un presupuesto de nueve millones de dólares, si bien ha tenido una escasa respuesta en la taquilla de los EEUU en su estreno del pasado mes de diciembre. Es de esperar que los posibles premios le concedan una segunda oportunidad comercial.

En realidad, para Pablo Larrain todo ha sido nuevo, ya que se trata de su primer trabajo consagrado por entero a un personaje femenino, y ha ido a dar de entrada con uno de los más influyentes e icónicos a nivel mundial. No ha podido colaborar con su habitual reparto masculino formado por nombres como Alfredo Castro, Jaime Vadell, Luis Gnecco, Alejandro Goic o Marcelo Alonso. Sus anteriores largometrajes “Fuga” (2006), “Tony Manero” (2008), “Post Mortem” (2010), “No” (2012), “El club” (2015) y “Neruda” (2016) tocan todos ellos la vida chilena, haciendo hincapié en la importancia de los cambios sociopolíticos. Ahora se ha tenido que enfrentar a una cultura muy diferente, con una mirada foránea exenta de componentes patrióticos o de exaltación a una figura histórica clave para los estadounidenses, que nunca la supieron entender.

Jacqueline Kennedy fue muy criticada en vida por sus compatriotas a cuenta de su estilo innovador, considerado como extranjerizante. Nunca se le perdonó que vistiera de Chanel o que popularizara el bolso de Gucci, que ha pasado a la posteridad con el nombre de Jackie. Su pasión por la historia, la cultura y el arte la llevó a remodelar la decoración de la Casa Blanca, algo que fue calificado poco menos que como un sacrilegio por los sectores más conservadores. Estos aspectos que pueden ser considerados frívolos o meramente externos han sido muy tenidos en cuenta por Larrain, apoyado en las recreaciones de la diseñadora de moda Madeline Fontaine. La presencia tan elegante como desafiante en público de Jacqueline Kennedy, pudiendo llegar a resultar hasta provocativa, le sirve para trazar el retrato de una mujer que nunca se resignó a ser la primera dama y a permanecer en la sombra.

Puesto que el argumento, que no es el de un biopic convencional, se concentra en el periodo marcado por el asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy, concede especial importancia a los actos fúnebres culminados en el cementerio de Arlington. En los que sin duda reinó Jacqueline con su fuerte presencia de ánimo, tomando las riendas de su destino y sobreponiéndose a los trágicos acontecimientos, ya que no hay que olvidar que iba al lado de su esposo en el coche presidencial cuando éste recibió los disparos que acabaron con su vida. Y ahí es dónde Natalie Portman vuelca todo su talento interpretativo, al hacer una introspección como nunca se había hecho antes en la sicología de una mujer sobre la que estaban puestas todas las miradas. No es de extrañar que después de lo que tuvo que pasar buscara su exilio dorado, lejos de la persecución a los Kennedy, convertida ya en una imagen viva de superación dentro de los convulsos años 60.