Manex Altuna
BOXEO «MADE IN EUSKAL HERRIA»

Kerman Lejarraga, de Morga a USA

El 9 de junio desembarca en un casino de Verona, en el estado de Nueva York, Kerman Lejarraga, bautizado en el mundo del boxeo como «El Revólver de Morga». A sus 25 años, y con un currículum espectacular de 21 victorias en otros tantos combates, 17 de ellas por KO, tiene dinamita en los puños y nadie ha conseguido hacerle morder la lona. Su primer rival en USA será el dominicano Víctor Manuel Cayo. Consciente del esfuerzo y sacrificio que supone ser un deportista profesional y de los golpes que puede dar la vida, afronta ilusionado y orgulloso a partes iguales el envite. Humilde y trabajador, no se olvida de dónde viene y de los que siempre han estado a su lado. La familia, los amigos y sus raíces adornan con tatuajes un cuerpo preparado para el combate.

Afalta de un par de semanas para partir a «hacer las Américas», Kerman Lejarraga recibe a 7K en el Mampo, gimnasio en el que entrena a diario y donde se prepara para su primer combate en Estados Unidos ante el dominicano Víctor Manuel Cayo. Ubicado en la segunda planta de un pabellón industrial situado enfrente del Igualatorio Médico Quirúrgico de Zorrotzaurre (Bilbo), está dirigido por su entrenador Txutxi del Valle. Hace las labores de anfitrión Iker Palacios Txurre, de la churrería Iker e Irune que suele estar en invierno frente al Arriaga. Es quien ha concertado la entrevista. Seguidor y amigo de Lejarraga desde sus inicios, comenta con Del Valle los preparativos para presenciar el estreno en directo. El viaje les saldrá por unos 800 euros a cada uno. Lejarraga estará acompañado por sus seguidores y amigos más cercanos. Así ha sido desde que en 2013 dio el salto al profesionalismo.

El Mampo es un gimnasio pequeño y sin lujos, adornado con la ikurriña y las banderas de México, Colombia, Brasil e Irlanda. Pesas a un lado, vestuario en el otro, sacos para entrenar, espejos y un ring central que «vigilan» Mike Tyson y Julio César Chávez, dos mitos del boxeo.

Con apenas 35 años, Txutxi del Valle es una de las personas clave en la carrera de Lejarraga y en el resurgir que ha vivido el boxeo en Euskal Herria en los últimos años, sobre todo en Bizkaia y Bilbo. Impulsor de la promotora MGZ, por sus manos han pasado boxeadores como Andoni Gago, Jon Fernández –el de Etxebarri dio el salto a EEUU el año pasado y también peleará en la velada del debut de Kerman– y el último campeón que ha salido de este gimnasio, Ibon Larrinaga. El 13 de mayo, el de Romo consiguió el cinturón de WBC Mediterráneo tras ganar en La Rochelle al invicto local Georges Leroy.

Una familia. Lejarraga cuenta que se enganchó al mundo del boxeo cuando era un adolescente. «Era un chaval problemático, siempre metido en peleas», dice. Probó con judo y kick-boxing, pero se decantó por el boxeo y siempre ha contado con el apoyo familiar. «Las malas lenguas dicen que, en el boxeo, si llegas a algo, te hace perder la cabeza. Siempre se habla de Tyson o Poli Díaz, pero se olvidan otros ejemplos como Pacquiao y Klitschko, que ahora son políticos, o el de Marco Antonio Barrera, que tras salir de los suburbios ha conseguido ser abogado». A Kerman este deporte le ha servido para centrarse y aprender lo que es «el sacrificio, a ser ordenado, paciente y tener disciplina». En la actualidad reside en Bilbo, pero ha crecido entre la capital vizcaina y Morga, un pequeño pueblo de Bizkaia entre Larrabetzu y Gernika. Por eso, le apodan «El Revólver de Morga» y él hace honor al sobrenombre con el tatuaje de una pistola que lleva en la espalda, justo encima del pantalón.

Kerman tiene prácticamente todo el cuerpo lleno de tatuajes, con recuerdos para las personas y cosas que para él son importantes, como sus raíces. En el hombro derecho tiene el escudo del Athletic sobre un Arrano Beltza y una estrella roja recordando a HNT, grupo de aficionados del Athletic que desde sus inicios le ha arropado. El año pasado hasta le tributaron un homenaje en la Iñigo Cabacas Herri Harmaila. Y en el hombro izquierdo lleva el escudo de Euskal Herria.

En el pecho resalta uno en el que tiene escrito «Familia». Así define a la gente que ha estado siempre a su lado y, sobre todo, a los otros boxeadores con los que entrena. «Empezando por Txutxi, que sabe sacar el máximo rendimiento, somos un grupo que nos apoyamos entre nosotros y que nos exigimos mutuamente», señala. Entre ellos destaca a Andoni Gago; el de Otxarkoaga es su principal referente. Explica el «sacrificio» que realiza Gago a diario: «Se levanta a las 4.00 de la mañana, viene aquí, corre durante una hora en la cinta y se va a trabajar durante todo el día, hasta que regresa a las 19.00 de la tarde para volver a entrenar». «Si ves que la persona que es un referente para ti se exige a sí misma, tú también lo haces y te motivas», añade.

A diferencia de Gago, que tiene que trabajar, Kerman vive del boxeo. Es de los pocos que puede decir eso al ser un deporte minoritario. «No podría trabajar y boxear a la vez», afirma. Reconoce que exige mucho trabajo y disciplina. «Es un trabajo de 24 horas. Desde que te levantas tienes una dieta estricta, tienes que beber tantos litros de agua, no puedes ir a muchos sitios, no puedes comer cualquier cosa,…». Por eso, también admira al argentino Lucas Mathysse, reconocido por ser también un «loco del entrenamiento».

Kerman explica que todos los días se levanta para las 6.30 y, tras realizar un desayuno de «dieta», se pone a entrenar. Los lunes, miércoles y viernes acude para las 8.00 a hacer crossfit al Lions de Deusto. Martes y jueves toca correr con Txutxi del Valle en la pista o, si no, al Pagasarri. Por las tardes, guantes en el Mampo: llega para las 18.00 y se marcha a las 21.00. Los fines de semana suele rotar entre correr, nadar y hacer sparring. Reconoce que lo más complicado es la alimentación, aunque no suele tener problemas de peso al ser delgado. Es un peso wélter (entre 63,503 kilos y 66,678 kg) y mide 1,78 metros. Explica que suele tener que bajar unos ocho kilos para un combate. A medida que se acerca la pelea, va disminuyendo la alimentación y entrenando más fuerte. «Es como una pirámide: descanso, alimentación y entrenamiento».

Nacido en febrero de 1992, en cuatro años Lejarraga ha conseguido hacerse un sitio en el mundo del boxeo. Se puede decir que es el máximo exponente a nivel de Euskal Herria, y su nombre es conocido incluso por gente que no siga este deporte. Iker Txurre cuenta como anécdota que, cuando acude a ver un partido del Athletic a San Mamés, impresiona ver toda la gente que le para y le pide sacarse fotografías. Asimismo, revela que hace unas semanas estuvieron en Lezama viendo el entrenamiento del primer equipo del Athletic. Al finalizar, le pidieron a San José que firmara una camiseta para su hija y, al enterarse de que estaba Kerman, toda la plantilla acudió a saludarle y animarle. El propio Valverde bromeó con él y le deseó suerte. Destaca también el tirón que tiene en el Estado español con veladas y master-class en las que reúne a un montón de seguidores. A nivel europeo, en estos momentos es el aspirante oficial al título del peso wélter que ostenta el inglés Sam Eggington, y se encuentra entre los quince mejores púgiles del mundo en su peso, además de poseer el cinturón de WBA.

Su currículum impresiona: 21 combates, todo victorias, 17 de ellas por KO. Kerman tiene dinamita en los puños, machaca a los adversarios hasta conseguir tumbarlos. Es un espectáculo al que se le suma su pose y actitud con la que intimida a los rivales. Sube al ring con un traje compuesto por ropa de camuflaje, calavera y una pistola. Y el público le arropa al grito de «Let’s go Kerman». «Vende», como se suele decir, y su forma de pelear ha llamado la atención.

Peleas multitudinarias y épicas. Uno de los puntos de inflexión en su carrera llegó en el combate celebrado en octubre de 2015 ante Javier García Roche, “El Rey chatarrero”. El púgil catalán es muy conocido en las redes sociales por sus mensajes y campañas en favor de los animales. Aquel día, el pabellón de La Casilla se quedó pequeño para presenciar un espectáculo épico en el que Lejarraga terminó con las manos hinchadas tras noquear a su rival en varias ocasiones hasta que el juez detuvo la pelea. En noviembre de 2016 marcó otro hito al meter a 9.000 personas en el BEC y otra victoria por KO. Así ha ido escribiendo su trayectoria y superando las lesiones que ha sufrido en ambas manos por pegar tan duro. Para solventar los problemas en la mano derecha tuvieron que operarle y colocarle un trozo del hueso de la rodilla.

El pasado mes de marzo firmó un contrato de tres años con la empresa DiBella Entertainment y realizará, como mínimo, dos combates en territorio americano al año y otros dos en Europa. Desde la promotora MGZ revelaban que se trata del mejor acuerdo para un boxeador a nivel del Estado español.

Tras oficializar el contrato con Lejarraga, el propio Lou di Bella lanzaba la siguiente frase: «Echad un vistazo en YouTube a Kerman Lejarraga. Este chico es la definición de un boxeador para televisión. Impaciente por promocionarlo aquí».

Di Bella es uno de los nombres más influyentes en el boxeo, promotor de decenas de campeones mundiales como el argentino Sergio Maravilla Martínez o Bernard Hopkins. Incluso Sylvester Stallone contó con él en la sexta parte de la película “Rocky”. Dueño también del equipo de béisbol San Francisco Giants, montó su propia promotora de eventos tras dirigir la cadena HBO. Es el creador de las veladas Premier Boxing Champions que se retransmiten en canales como Showtime o FOX con audiencias millonarias. En Estados Unidos se celebran los principales combates a nivel mundial y son los operadores televisivos los que sufragan la «bolsa» de los púgiles, es decir, el caché o la cuantía que perciben por el combate en la jerga que utilizan en el boxeo. Asimismo, Di Bella tiene la capacidad de «conseguir oportunidades» a sus boxeadores por cinturones mundiales y ese es el objetivo a medio plazo para Kerman: ir haciéndose un nombre en USA para poder participar en las grandes veladas. El actual campeón mundial del peso wélter Keith Turman forma parte de la promotora de Di Bella.

El «Revólver de Morga» lo tiene claro sobre su carrera en EEUU y no esconde su objetivo: «Es un sueño, pero a la vez para mí es como un trabajo. Tengo la cabeza bien asentada. Quiero conseguir dinero, hacer un buen colchón, como quien dice, para cuando me retire del boxeo. Al fin y al cabo, no es para toda la vida. Tiene fecha de caducidad». Al preguntarle por la cantidad, responde que «quiero vivir tranquilo, tener una casa para mí, para mi familia, un coche,…».

Pelear fuera de casa. Su primer rival será el dominicano Víctor Manuel Cayo, el viernes 9 de junio en un casino de Verona (Nueva York) coincidiendo con el Salón de la Fama del Boxeo que se celebra durante ese fin de semana en Canastota. Ilustres como Evander Holyfield o Marco Antonio Barrera asistirán a los actos programados. No tiene miedo a la derrota, «si no, no sería boxeador», asegura. Además de a USA, Kerman también mira hacia Inglaterra. En abril 90.000 personas se dieron cita en Wembley para presenciar cómo el actual campeón de los pesos pesados, el británico Anthony Joshua, noqueaba al ucraniano Vladimir Klitschko. En esa misma velada estuvo a punto de celebrarse el combate por el campeonato de Europa entre Sam Eggington y el canario Ferino, ya que el inglés pertenece a la misma promotora que Joshua. Lejarraga es el actual aspirante al título y lanza el reto: «Estoy muy agradecido a la afición de aquí, pero quiero ir a jugármela fuera con el inglés».