TERESA MOLERES
SORBURUA

Follajes perfumados

Hay plantas cuyo follaje no huele nada, otros en cambio lo hacen mejor que sus propias flores y, en muchos casos, todavía ignoramos la utilidad que la naturaleza da a algunos follajes perfumados. Sí sabemos que la esencia olorosa del follaje se exprime mejor al sol, cuando la planta se calienta para, a continuación, liberar y difundir mejor los aromas. Comenzaremos por colocar estas plantas en un lugar soleado, preferentemente en terrenos rocosos, pobres en nutrientes y secos además de resistentes al frío invernal. Estos suelos concentran sales minerales de donde proceden los elementos que proporcionan el olor. Son los terrenos calcinados de la garriga mediterránea.

Al cultivar plantas por su follaje oloroso debemos recordar que no deben mezclarse con flores perfumadas, porque las moléculas de unas con las otras no casan bien porque siempre habrá una que sobresalga en detrimento de la otra. Una cualidad del follaje perfumado es que su olor persiste una vez seco. De ahí su interés para su utilización en infusiones medicinales o, simplemente, para hacer ramos secos, los llamados “popurrí", que perfuman la casa y duran hasta la próxima temporada.

La salvia (Salvia officinalis), con o sin flores, posee una hojas verdes, purpuras o variegadas que son aromáticas, además de culinarias y ornamentales. El eucaliptus (Eucalyptus sp.), en todas sus variedades, tiene un olor más o menos marcado, sobre todo las especies más rústicas. Hay que plantarlas en un lugar abrigado para que el viento no las arranque de raíz.

La jara pringosa (Cistus sp), produce una resina olorosa, por lo que las hojas de esta planta en otras épocas se usaron como incienso, mientras que hoy en día se utiliza como fijador de perfumes. La Siempreviva amarilla (Helychrysum italicum) huele muy fuerte, recuerda al curry y en primavera hay que cortarla en un tercio para que la mata se mantenga densa.

Hay otras plantas que también anuncian su presencia allí donde estén gracias a olores reconocibles, como el geranio Pelargonium tomentoso de hojas aterciopeladas y con olor a menta o variedades de Mentha sp como la menta poleo, que además de tomarse en infusión se puede plantar en una pradera para disfrutar de su perfume. El olor que desprenden las hojas de la higuera Ficus carica en verano y al sol, mientras los higos maduran, es único.