TERESA MOLERES
SORBURUA

Aromáticas antiguas

Hinojo, cominos, eneldo, menta y romero son algunas de las plantas aromáticas que desde la oscura Edad Media servían para tapar el gusto rancio de algunos alimentos, muchas veces con moscas y gusanos. Durante siglos, la única manera de conservar la carne era salándola o ahumándola y a la carne fresca se le añadían plantas aromáticas porque, además de ser carminativas, ayudaban a hacer la digestión.

Los romanos ya conocían las propiedades del hinojo y lo utilizaban contra los dolores reumáticos. Todo en él es comestible e incluso “insecticida”, ya que se dice que si nos colocamos unas hojas en los zapatos los insectos no nos picarán. El eneldo proviene de Oriente y en los monasterios lo usaban para perfumar el pescado de los viernes; hoy en día aromatiza también carnes y arroces. Los nobles medievales se bañaban en agua caliente perfumada de eneldo buscando su efecto afrodisiaco. El eneldo se siembra a finales de primavera en un lugar seco y con sol directo, al igual que los cominos, que ahuyentan malas gentes y espíritus. Por si acaso, todavía en lugares de Polonia echan al suelo cominos mezclados con sal, además de añadirlo al queso en su elaboración. Los granos del anís se sirven en infusión. En otros tiempos, esta planta anual con flores pequeñas blancas y perfumadas, a la que le gustan los sitios secos y la tierra ligera, perfumaba el pan y los pasteles.

Romero es el arbusto típico mediterráneo. De olor fuerte, necesita poca agua y estar al sol. Se usaba como estimulante para activar el hígado y en nuestros días se sigue preparando como bálsamo para aliviar las enfermedades reumáticas. Se pueden plantar esquejes de diez centímetros en un lugar soleado, pero evitando los rayos directos. Un truco para que enraícen rápidamente es tapar el esqueje con una bolsa de plástico agujereada en la parte de arriba que mantendrá la temperatura y la humedad.

La menta es muy conocida en cualquiera de sus variedades. Carlomagno y sus nobles se friccionaban el cuerpo con su aceite para oler bien. Aquí en los caseríos se utilizaba la Mentha pulegium para hacer escobas, barrer debajo de las camas y alejar las pulgas. Además, su infusión calma la tos. La yerbabuena M. spicata perfuma mojitos y té moruno. De fácil cultivo, al ser invasora, mejor plantarla en tiestos a semisombra.