XANDRA ROMERO
SALUD

¿Consumo moderado o abstinencia?

Normalmente hay aspectos de la nutrición con los que algunos o casi la totalidad de los nutricionistas solemos mostrarnos bastante “nazis” y, sin duda, uno de ellos es que se recomiende el consumo moderado de alcohol como fuente de buena salud. En los últimos años, a la par que han aparecido noticias sobre la evidencia de los efectos nocivos de un exceso de alcohol, han seguido publicándose otro gran número de artículos científicos que concluyen que su consumo moderado puede ser beneficioso. Diversos estudios y algunas autoridades del ámbito científico han advertido que «media copa de vino diaria podría evitar más de 4.500 fallecimientos al año en Reino Unido» o que «dos cañas al día en los hombres y uno en las mujeres pueden favorecer la función cardiaca global». Ahí es nada.

Sin embargo, frente a los médicos y científicos que no ven el alcohol como algo tan nocivo, recientemente un grupo de investigadores, desde Reino Unido y Australia, han puesto a prueba todos estos supuestos beneficios de su consumo moderado en forma de investigación, bajo el nombre de “All cause mortality and the case for age specific alcohol consumption guidelines: pooled analyses of up to 10 population based cohorts”, y lo han publicado en la revista científica “BMJ.” Este artículo pone en duda, entre otras cosas, la elección de la muestra de “no bebedores” de los estudios realizados en este ámbito; es decir, se plantea si realmente son y han sido abstemios siempre, algo que ha suscitado controversia en el ámbito científico.

Sea como fuere, el alcohol es una sustancia tóxica, así que hasta las bebidas alcohólicas de baja graduación e incluso un consumo moderado pueden provocar efectos nocivos, más o menos graves según la persona y la ingesta. Hablamos en este caso, de la resaca que se relaciona con la inflamación inducida por la bebida alcohólica y los productos restantes de la metabolización del alcohol.

Evidentemente, para evitarla hay que evitar su consumo. No obstante, como ni los sanitarios y científicos nos ponemos de acuerdo y parece que la abstinencia social es algo utópico, es importante aprender a sobreponerse de una manera más o menos adecuada; aunque insisto, la derecha es no beberlo.

Hay muchos mitos y remedios caseros para sobreponerse a las resacas, pero no hay evidencia científica de su efectividad. Algunos de estos remedios pueden ser útiles para reducir ciertos síntomas como el dolor de cabeza o las náuseas, pero la cruda realidad es que ante un consumo excesivo de alcohol, todos los órganos se ven perjudicados, aunque el hígado es con diferencia el que más sufre.

En estos casos, a pesar de que la apetencia son las comidas grasientas, ricas en carbohidratos y sobre todo el café para evitar la somnolencia, lo cierto es que ni los alimentos con grasa, ni el café ni tomar más alcohol son buenas opciones. Debemos pensar que si el hígado es el órgano que peor parado sale: lo lógico es evitar alimentos que lo hagan trabajar en exceso. Así, las grasas que requieren digerirse mediante el hígado y la vesícula quedan descartadas.

Además, como el hígado es uno de nuestros órganos detox por excelencia, será importante tomar alimentos que favorezcan su función depurativa como la alcachofa, el brócoli, el rábano, la endibia y la escarola.

Por otro lado, alimentos ricos en vitaminas que intervienen en el metabolismo del alcohol también puede ser de ayuda. Estas son B1 (presente en legumbres, cereales integrales, avena, frutos secos y huevos), B6 (en el pollo, el pescado, los plátanos, las patatas y muchas otras frutas y verduras) y B12 (en vísceras y productos de origen animal) y la vitamina C (en brócoli, kiwi y otras frutas cítricas, pimiento rojo, etc.).

Por último y no por esto menos importante, recuerda que la resaca produce una deshidratación en el organismo generando unos niveles de minerales bajos, por lo que hidratarse de forma adecuada incluye beber no solo agua si no leche semidesnatada, agua con sal o frutas licuadas.

De modo que ya sabemos, lo mejor es no beber pero, si lo hacemos, usemos la cabeza, seamos moderados y recuperémonos adecuadamente.