TERESA MOLERES
SORBURUA

Hojas secas y musgo en el compost

Las hojas secas sirven para compostar y mejorar los suelos. En realidad, tienen poco lignito, mucho nitrógeno y escasos lípidos, además de abundantes compuestos hidrosolubles fáciles de fermentar. Las hojas de fresno, olmo, tilo y acacias acidifican los suelos, tienen alto contenido de lignito y lípidos difíciles de degradar. También las de haya son más parecidas a las que acidifican el suelo, mientras las de encinas y robles se asemejan a las que mejoran el terreno.

Las hojas de platanero son espesas y coriáceas, por lo que su proceso de descomposición es muy largo. Para acelerarlo, es mejor recogerlas cuando el tiempo es húmedo y guardarlas en una bolsa de basura agujereada. Conviene regarlas dentro del saco al menos una vez al mes, hasta conseguir un mantillo muy fino apropiado para plantar semillas. También se pueden picar las hojas con la cortacésped para acelerar el proceso de compostaje. De esta manera, las hojas de plátano, muy ricas en carbono, complementan y equilibran el compost de los residuos de césped y verduras ricas en nitrógeno. Al compostar, hay que recordar que deben proceder de un árbol sano y estar libres de enfermedades, para no contaminar el compost.

El musgo que ha invadido el césped, cuando le ha llegado el momento de limitar su crecimiento, se rastrilla y recoge. Como se descompone lentamente, retiene el agua y deja pasar el aire, se le puede añadir a las tierras pesadas en el momento de la plantación. Además, mezclado al compost, lo mejorará cuando éste adquiera una consistencia pastosa y huela mal.

También el musgo proporciona acolchado al pie de los arbustos y las plantas vivaces: una capa de 5 cm de espesor será suficiente. Cuando está bien seco, se convierte en un buen aislante para proteger a las plantas del frío. En este caso, será necesaria una capa de 10 o 15 cms. Para que no se moje y no pierda su poder aislante, se debe colocar encima del musgo un material impermeable o tela protectora de invierno. Por último, para evitar su reaparición, con una escoba de barrer podemos extender en los senderos una mezcla de tierra y de arena, a razón de 5 kilos por metro cuadrado.