MIKEL INSAUSTI
CINE

«Beautiful Boy»

El festival de Toronto se ha convertido en la antesala de los Óscar, y allí se hace una criba con los títulos favoritos para las nominaciones. “Beautiful Boy” no salió muy bien parado de esa selección preliminar de cara a los premios anuales, y ya llegó a Donostia sin muchas papeletas para optar a nada en el SSIFF, lo que se notó en la fría recepción crítica.

Y es que no puede pasar nada peor que coincidir en el mismo festival con una película de la misma temática, como si se tratara de un duelo a vida o muerte. En Toronto la suerte se decantó del lado de “Ben is Back”, que repite el problema de la drogadicción y cambia la relación paternofilial de “Beautiful Boy” por una maternofilial, saliendo favorecida la estelar y siempre oscarizable Julia Roberts. La prueba está en que ha encontrado antes distribución y se ha estrenado ya en nuestras pantallas con el título de “El regreso de Ben”.

“Beautiful Boy” es el sexto largometraje del cineasta flamenco Felix Van Groeningen, y el primero que realiza fuera del cine belga, desde que se consagrara internacionalmente con su cuarto trabajo “Alabama Monroe” (2012). Los reconocimientos fueron muchos, pues además de ser finalista para el Óscar de Mejor Película de Habla No Inglesa, obtuvo premios en la Berlinale o en Tribeca, e incluso en la Gala del Cine Europeo y en los César.

“Alabama Monroe” le abrió las puertas de Hollywood, aunque haya tardado seis años en cruzarlas y rodar por primera vez en inglés. No hay que olvidar que su película más conocida era un melodrama musical ambientando en el mundo de los conciertos de “country”, por lo que por las dos vertientes conectaba con el tipo de cine que más gusta en los EEUU. En Amazon vieron la oportunidad para hacerse con los servicios de un realizador europeo que no tardaría mucho en adaptarse y por eso le contrataron, junto con el cotizado guionista Luke Davies, que había escrito el melodrama de éxito “Lion” (2016), protagonizado por el joven actor indio Dev Patel. ¿Qué podía fallar, contando con el respaldo de Brad Pitt como productor?

Van Groeningen y Davies coescriben el guion adaptado, que se basa en sendas novelas autobiográficas escritas por padre e hijo. La de David Sheff es la que da título a la película, mientras que la de Nick Sheff es conocida en su denominación abreviada como “Tweak”. Su labor ha consistido por lo tanto en unificar ambos libros de cara a establecer una relación paternofilial bajo los respectivos puntos de vista, sin que el del progenitor choque con el de su descendiente.

Sheff padre es interpretado por Steve Carell, que como actor de comedia tiene la ventaja de hacerse mejor al drama, algo que a la inversa suele ser bastante más complicado, ya que hacer reír es lo más difícil, y quien lo consigue tiene la llave para contagiar el llanto de igual modo. Como Sheff hijo tenemos a Timothée Chalamet, que pasa por ser una de las grandes revelaciones de su generación, sobre todo gracias a su memorable papel en “Call Me By Your Name” (2017) del italiano Luca Guadagnino. Para su caracterización de chico atormentado se ha inspirado nada menos que en el Timothy Hutton del clásico de Robert Redford “Gente corriente” (1980), motivo por el que aparece en un cameo que sirve de claro guiño.

El Nick encarnado por Chalamet es un joven de clase acomodada, cuyas aficiones son la música de Nirvana, el surf y la poesía de Bukowski. Pero lo que le causa problemas es su adicción a las metafentaminas, en cuanto su padre no reconoce en él al hijo encantador que siempre fue. Pese a ello, la unidad familiar no se resquebraja.