TERESA MOLERES
SORBURUA

Tareas de febrero

Para que las plantas estén en condiciones hay que cumplir con las tareas. Este febrero tan lluvioso comenzaremos por limpiar las vivaces, víctimas de la intemperie. Aunque la planta parezca muerta se le puede dar una oportunidad, cortándola sin arrancar la raíz, para que renazca en primavera. Con árboles y arbustos se recomienda suprimir las ramas muertas, estropeadas y las que se entrecruzan. En la huerta arrancaremos manualmente las malas hierbas. Para evitar que estas vuelvan a salir antes de plantar las verduras, se pueden colocar cartones cubriendo la tierra y sujetarlos con piedras para que el viento no los levante.

También es buen momento para podar los árboles de frutas con pepitas como manzanos y perales, antes de que comiencen a salir las hojas. El tema de la poda de rosales es diferente, según sean arbustivos o trepadores. En los primeros hay que podar a una distancia de 15 a 20 cms. del punto de injerto para descartar las partes leñosas y estimular el crecimiento de ramas jóvenes. Sin embargo, en los rosales trepadores se conserva la rama principal para cortar solamente las ramas laterales a partir de seis nudos. Con los mini -rosales tempraneros, de porte pequeño, plantados como cubre suelos es necesario podarlos enseguida un tercio de su largura cuando son vigorosos. Si tienen aspecto débil cortar los tallos a 7 cm de un brote sano. Estos rosales aguantan bien el corte.

Si pensamos plantar ejemplares de raíz desnuda, pero el mal tiempo no acompaña, los colocaremos en una zanja llena de arena y tierra en un lugar abrigado del jardín. Toca cubrirlos con un acolchado y esperar a que el tiempo mejore para plantarlos en su lugar definitivo.

No olvidar la regla de oro “no dejar ni un centímetro de tierra desnuda”, cubrir con paja, recortes de gramíneas secas, o compost. Con esta medida Bio las raíces de las nuevas plantas no sufren estrés y la microfauna responsable de la fertilidad del suelo estará protegida por si llegan heladas tardías.

Pensando en los tiestos, sobre todo si tenemos arces japoneses, añadir un fertilizante de liberación lenta, y comenzar a plantar las flores de primaveras, como prímulas, petunias y lobelias entre otras, intercaladas con plantas de follaje decorativo que aportan relieve a la composición.