XANDRA ROMERO
SALUD

El tamaño de la vajilla siempre importa

Parece que la vida moderna tendría que facilitarnos las cosas, simplificarlas, pero quizás algunos aspectos de la misma no nos ayudan en ciertos momentos y lo peor es que lo hemos pasado por alto. Cuando quiero explicar cómo y por qué hemos ido a peor en temas de nutrición, siempre saco a colación a los y las abuelas en cuanto a que la cocina casera, sencilla y a base de alimentos de verdad era un plus que no nos deberíamos haber permitido perder. Asimismo, recuerdo a las abuelas cuando explico que ahora al entrar en un supermercado solo ellos sabrían reconocer la comida real. Ellos sí sabían hacer la compra, nosotros en cambio, estamos ya muy contaminados con los ultraprocesados..

Pero es que, además, hay otra razón para recordar los días en los que ellos se encargaban de la cocina. Y no es otra que la vajilla. Sí, la vajilla de toda la vida, ya fuese en blanco o en cristal anaranjado o verde. Esa vajilla “clásica” permitía unas raciones mucho más comedidas que las fashion que nos compramos ahora. En la actualidad, lo hondo del plato corresponde a todo el plato y un plato llano es bastante más grande de lo que era antes.

Tanto es así que el tamaño de la vajilla en relación al peso corporal ha sido uno de los aspectos más controvertidos y es por ello que diversas investigaciones han analizado esta cuestión de si se come más o menos en función de este aspecto. Una de las recomendaciones que se han hecho a lo largo de la historia es la de que es mejor comer en plato de postre para controlar la ración.

El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP) ha publicado un estudio en la revista especializada “Clínica y Salud” en el que se revisa el impacto del tamaño del plato teniendo en cuenta el sexo y el índice de Masa Corporal (IMC) de los comensales. Y uno de los resultados, para sorpresa de los expertos, ha sido que servir los alimentos en platos pequeños puede influir negativamente en algunas personas, que incrementan la ración a consumir.

En el lado opuesto, un estudio internacional publicado en la revista “British Medical Journal” demuestra que una de las causas principales de obesidad está en el tamaño exagerado de las raciones que se sirven en numerosos países del mundo.

El resultado más importante de esta investigación ha sido que la inmensa mayoría de las comidas servidas en los restaurantes contenía una cantidad mayor que el consumo energético por porción recomendado por el Sistema de Salud de Inglaterra, considerado como la medida de referencia en cuanto a comida saludable.

Concretamente, la investigación pesó y midió el valor calórico de los platos servidos en restaurantes populares de Brasil, China, Finlandia, Ghana y la India, y concluyó que el 94% de los platos de la carta y el 72% de los servidos en restaurantes de comidas rápidas contenían más de 600 kilocalorías, el consumo energético por plato recomendado por el NHS. Los investigadores también hallaron una relación significativa entre el peso de la porción de alimento servida y su contenido calórico.

En otro estudio de revisión de 2015 encontraron que las personas consumían constantemente más alimentos y bebidas cuando se les ofrecían porciones, paquetes o vajillas de mayor tamaño que cuando se les ofrecía versiones de menor tamaño. Sin embargo, y corroborando los resultados del estudio arriba mencionado, no está claro si la reducción de las porciones en el extremo más pequeño del rango de tamaño puede ser tan efectiva para reducir el consumo de alimentos como las reducciones en el extremo más grande del rango.

De modo que, aunque está claro que el tamaño de la vajilla es otro aspecto a tener en cuenta a la hora de cuidarnos, lo cierto es que los extremos nunca son la opción adecuada. Recuerda que tu plato no debe ser muy pequeño ni muy grande. Para ello podemos tener en cuenta las medidas de esas vajillas clásicas, donde, por regla general, el diámetro no supera los 23-24 cms. Habrá que tener en cuenta las veces que llenamos el plato y, sobre todo, con qué alimentos.