TERESA MOLERES
SORBURUA

Lluvia de flores

En nuestro entorno ciudadano cada vez se utilizan más árboles ornamentales caracterizados por su abundante floración. Entre ellos destaca el árbol de seda, que es uno de los nombres con los que se denomina a Albizia Julibrissin, oriundo de Extremo Oriente. Se introdujo en Europa en el siglo XVIII, plantado en parques y jardines, particularmente en zonas costeras.

Es un árbol caduco que alcanza hasta cinco metros de altura. Las hojas formadas por numerosos folíolos se parecen a las de la mimosa, aunque son más grandes y de un verde más vivo. La floración es muy generosa y se prolonga de junio a agosto. Sus flores no tienen pétalos, pero con sus estambres largos y de color rosáceo forman un ramillete denso que recuerdan hilos de seda, de ahí su nombre vulgar. Además, la copa que se expande a lo ancho le da aspecto de sombrilla elegante. Las flores de la Albizia son ricas en néctar, por lo que son especialmente frecuentadas por insectos libadores como abejas.

Este árbol tiene una gran resistencia a los suelos pobres y a la sequía, siempre con un buen drenaje. Para que madure su tronco, necesita veranos largos y cálidos, aunque se aclimata bien y aguanta algunas heladas. Durante sus primeros años es conveniente colocar tutores. Se utiliza como árbol singular en lugares pequeños y, cuando es joven, formando arriates florales por el aspecto tropical que le da su follaje.

Las semillas de las vainas se cultivan en tiesto de unos diez centímetros de diámetro, con tierra de mantillo mezclado con perlita a partes iguales. Las semillas, previamente, se han de dejar en agua durante 24 horas. Una vez sembradas, se riegan y se dejan al sol. Germinan al mes como máximo.

Sin embargo, a pesar de sus méritos ornamentales, este árbol, como todos los que tienen gran cantidad de flores, tiene un pero. Y es que estas cuando caen del árbol se pudren y pueden dejar el suelo algo resbaladizo o ahogar las flores a sus pies. Sin embargo, no crea problemas cuando va acompañado por arbustos. Sobre el césped el corte regular elimina las flores. De todas formas, es mejor evitar plantarlo cerca de una piscina y no colocar mobiliario bajo sus ramas cuando las bellas flores con su néctar comienzan a caer.