TERESA MOLERES
SORBURUA

Poda a finales de otoño

Primero recordaremos que la poda es una agresión al árbol. El árbol solo necesita poda y operaciones de mantenimiento si se observan señales de debilidad por el ataque de enfermedades y parásitos; cuando hay que limitar la expansión de sus raíces en terrenos agotados de nutrientes y presenta agotamiento o si se constata desequilibrio entre la copa y la parte de las raíces. Estos supuestos no se dan en individuos sanos. Una poda descuidada puede afectar el equilibrio entre el sistema radicular y el sistema aéreo. Un corte importante en la copa lleva a la muerte de una parte de las raíces y, a la inversa, un deterioro de las raíces repercute en el debilitamiento de la copa.

La poda de otoño consiste en operaciones de poca envergadura, que son sobre todo preventivas: limpieza y recorte de árboles frutales y de sombra para controlar su forma y crecimiento; suprimir las ramas muertas o rotas para que el viento no las arranque, con el consiguiente peligro sobre todo en árboles situados en zonas de paseo; también para permitir el mejor crecimiento futuro de flores y frutos. Al realizar esta operación de limpieza, podemos aprovechar para sacar esquejes.

En los setos y arbustos de hoja caduca hay que cortar las ramas que hayan crecido demasiado o que salgan hacia el centro de la planta para que la luz entre en esta parte. El desarrollo de las ramas mal dispuestas puede causar daños a otras ramas y quitar energía a la planta. También es importante la eliminación de chupones que impiden la absorción de nutrientes.

En la poda otoñal, hay que evitar los días lluviosos para que las heridas no se infecten y aparezcan hongos. Mejor hacerlo al mediodía. Otro dato a tener en cuenta es el cuidado de las herramientas, deben estar afiladas y limpias para que no se propaguen las enfermedades entre las plantas.

Los bonsáis se podan ligeramente para mantener su forma; las aromáticas se cortan unos 5 cms por encima del suelo. Se recomienda realizarlo con lavandas, santolinas, romero y salvias. En las plantas arbustivas y trepadoras hay que aclarar el follaje, quitar las flores, hojas y ramas marchitas. También a finales de otoño se deben retirar las flores en general, sobre todo las secas. Aún así, la poda más importante es a finales de invierno y en primavera.