Berta Garcia
CONSUMO

La banca siempre gana

Con bastantes similitudes con el juego, la banca siempre gana y es que la caja de Pandora ha vuelto a abrirse ante el euribor en mínimos históricos, y lo malo es que las consecuencias como es habitual no afectarán a todos por igual, porque la banca se librará de sus efectos.

Vayamos a los datos ofrecidos por el Banco de España que, según su resolución de 1 de febrero de 2021, muestra un índice del -0,529 (y lleva una racha de continuos descensos). Por lo tanto, esto significa intereses negativos para muchas hipotecas, salvo que haya alguna restricción legal o sean posteriores al 16 de junio de 2019. Desde esta premisa, las entidades bancarias deberían aplicar intereses negativos en todas las cuotas del periodo en el que los números son rojos y girar el recibo del préstamo restando parte de la cuota que corresponde al capital pendiente.

Pues va a ser que no, porque estas entidades que manejan el dinero ajeno a lo más que llegan es al recurso de “ni para ti ni para mí”, dejando el capítulo de intereses a cero.

Las asociaciones piden explicaciones. Ante esta situación, las Asociaciones de consumidores se han dirigido al Banco de España y a la Autoridad Bancaria Europea que, en este sentido, ha sido la más clara en su respuesta al señalar que «los bancos deberán pagar a sus clientes por las hipotecas que arrojen tipos de interés negativos», haciendo una clara referencia a que las entidades financieras deberían cumplir con lo pactado. Claro que lo que diga el Banco Central, al menos en un primer momento, ni se aireó ni se comentó demasiado en los medios de comunicación.

Nuevo episodio con la banca y nuevas acciones legales a la vista porque la banca no suelta un euro ante la razón inequívoca de las personas afectadas. Es descorazonador el desequilibrio de intereses existente en la relación banca-persona consumidora, como lo es también el desamparo que ofrecen los gestores políticos a sus administrados, rompiendo unos y otros las reglas del buen juego, del juego democrático. ¿Seguimos apostando? ¿A qué color?