Mariona Borrull
Periodista, especialista en crítica de cine / Kazetaria, zinema kritikan berezitua

Jesucristo Superestrella

Jonathan Roumie interpreta a Jesús de Nazareth en «The Chosen», una serie que ya ha llegado a doscientos países.
Jonathan Roumie interpreta a Jesús de Nazareth en «The Chosen», una serie que ya ha llegado a doscientos países.

La serie se basa en la propiedad intelectual más grande de todos los tiempos», se jacta Brad Schwartz de la cadena CW. Habla, claro está, de la Biblia. Tiene razón: a la par con el cine de terror, el cine religioso es el más rentable del mundo. El caso de “The Chosen” resulta paradigmático.

“The Chosen” (“Los elegidos”) coge los textos sagrados por chuleta y relata la vida del Mesías de inicio a fin, sin florituras ni ironías, ahondando en el humanismo híper carismático de su protagonista, Jesús, interpretado por Jonathan Roumie. A este completo desconocido lo acompaña un reparto de otros dones-nadie racialmente bastante diversos, donde incluso hay espacio para un Mateo dentro del espectro autista. Sin haberla visto, sorprenden el escaparate y las buenas críticas de la prensa internacional. También, que su máximo predicador en Estados Unidos es Jim Caviezel, un indeseable cercano al QAnon.

En fin, que sirva para reaprender sobre cartelera. La serie financió su humilde primera temporada por micromecenazgo con 11 millones de dólares llegados de 20.000 bolsillos, y la segunda y tercera (progresivamente hinchadas, ahora 40 millones) también salieron de entre la parroquia. Al principio se subían los episodios a una plataforma gratuita, donde en Estados Unidos aún pueden verse, para promover su carácter evangelizador. Salto a: la noche del inicio de la cuarta temporada en la cadena CW, se congregaron alrededor de la pantalla casi 720.000 espectadores. Apenas semanas más tarde, el estreno de los capítulos en cines recaudaría nada menos que 8,6 millones de dólares en solo seis días. En el Estado español, en plena temporada de Óscars, los dos primeros episodios atrajeron a 15.000 espectadores el primer fin de semana. En IMDb, está valorada como la segunda mejor serie de la historia, tras “Breaking Bad”.

La gente que va a misa, a misa acude. Por ello hoy ya ha llegado a casi 200 países, ha superado la barrera de los 200 millones de espectadores y se ha doblado ya a 50 idiomas. En el Estado Español es A Contracorriente la responsable de distribuirla, vía su plataforma, pero también en salas comerciales. Con una media alrededor de los 50 mil espectadores por estreno, tanto en ficción como en documental, el cine religioso es un “nicho” -por llamarlo de alguna forma- asegurado.

El panorama sorprende, pero no debería. Desde los blockbusters de los sesenta, y desde antes, la religión no ha tenido trabas para encontrar mecenas, altavoces y, ante todo, un público. Lean el reportaje que dedica “El País” al tema, donde Lucía González-Barandiarán, fundadora de la microdistribuidora religiosa Bosco Films, explica qué tanto funcionan los circuitos alternativos de promoción, como las cadenas de WhatsApp, cuando está Cristo detrás… Será verdad que las salas fueron siempre lugar de encuentro entre fieles y desclasados.