Jon ORMAZABAL
Pelota

Oinatz también sale vivo de la primera criba individual

Bengoetxea tuvo que asumir riesgos para remontar a un sólido Ezkurdia en un gran partido en el Labrit.

BENGOETXEA VI 22

EZKURDIA 20


Si en el Parejas gastó varias vidas para superar una larguísima primera fase en la que los problemas de manos de sus zagueros lo tuvieron contra las cuerdas, Oinatz Bengoetxea se dejó media, o gran parte, de la única con la que afronta su asalto al Manomanista para superar a un gran Joseba Ezkurdia en el, hasta ahora, mejor partido del Campeonato. Atosigado por el poder de las voleas y los sotamatanos del de Arbizu, el campeón del Parejas tuvo que exponer todo su repertorio ofensivo y algo de “veteranía y estatus” –como cuando, con todos sus descansos agotados se retiró a vestuarios en el 18 iguales para dar la vuelta al cuerpo– para estrenar su txapela con una importante victoria en el individual.

Como se esperaba, el de ayer fue un partido en el que ninguno de los dos quiso dar un paso atrás, ni para coger impulso que diría aquel, –de los 261 pelotazos cruzados hasta 107 se goleparon de aire–, por lo que el ritmo resultó endiablado, lo que exigió muchísimo a ambos.

Exhibición de recursos

Comenzó enrachado el delantero de Asegarce que, sorprendiendo ya desde el inicio con algún saque al ancho y con bue- nos remates, logró adelantarse 4-0 de inicio.

Sin embargo, un fantástico sotamano, un adelanto de lo que iba a venir luego, permitió a Ezkurdia hacerse con la iniciativa del siguiente tanto, que culminó con una buena dejada. Enseguida se comprobó que el saque sería otro factor importante en el partido de ayer y, ya con él en su mano, el delantero de Arbizu comenzó su ofensiva.

Su corpulencia y su poder de volea hacían de Ezkurdia un muro infranqueable para Oinatz Bengoetxea, al que le costaba enontrar la fórmula con la que hacer mover a su rival que, por contra, tenía opción de demostrar esa capacidad rematadora de cuya falta adoleció en los partidos decisivos del Parejas. Pero mano a mano no necesita ajustar tanto sus remates y su enorme potencia le permitió no solo equilibrar el marcador, sino tomar ventajas de cierta consideración, primero 6-10 y 7-12 poco después.

Una falta en el saque, arma que le estaba hasta entonces dando bonitas ventajas en el peloteo, frenó al de Aspe, permitiendo a Bengoetxea VI agarrarse al partido. Enseguida enten- dió el de Leitza que debía aprovechar cada mínima oportunidad que le concediera su rival para probar fortuna en el remate y, también teniendo él el saque como aliado, empató a 12.

Los aficionados reunidos en el Labrit disfrutaron entonces con un partido eléctrico, con pocos errores y grandes recursos de lambos delanteros, como el resto de sotamano de Ezkurdia con el que hizo el 7-11 o los milimétricos remates de un Bengoetxea VI que tuvo que asumir importantes riesgos ante la mayor potencia de el de Aspe.

De hecho, dio la sensación de que el esfuerzo hizo más mella en el campeón del Parejas, al que costaba mucho más recuperarse de los esfuerzos y fue consumiendo sus descansos. No obstante, bucando las cosquillas a su rival con algún otro saque al ancho y sacando brillo al saque-remate, el delantero de Leitza obtuvo la mayor ventaja en todo el partido en el 18-15.

Pero para ello tuvo que jugar al límite y concedió el saque, con todo lo que ello conllevaba a esas alturas de partido, con un error en ataque. Su rival no tuvo piedad y comenzó otra ofensiva, volviendo a poner contra las cuerdas al campeón del Parejas. Tal es así que, con 18 iguales y sus descansos agotados, se retiró a vestuarios solicitando la ayuda del médico, lo que creó un fuerte malestar, incluso terminado el partido, a un Joseba Ezkurdia que se sentía superior.

De hecho, hizo dos tantos más en la reanudación, pero un Bengoetxea que terminó quejándose de la espalda, cortó la hemorragia con una cortada mili- métrica y su técnica y esa varita por la que parece estar tocado le sirvieron para salir vivo de la trampa que le puso un bravo Ezkurdia.

Completo Rezusta

Con esta victoria, Bengoetxea VI acompañará en cuartos a Beñat Rezusta, que el viernes dio la sorpresa del campeonato al eliminar a Xala por 14-22 en Bergara. El zaguero guipuzcoano no solo pudo, por fin, disfrutrar ante los suyos, sino que confirmó sus grandes dotes como manomanista. Y es que, al margen de esa zurda de la que la pelota sale a velocidad endiablada, demostró piernas y enormes recursos finalizadores, como refrendan los 11 tantos logrados de dejada.