El programa de rescate expira el martes. Ese día Grecia debe hacer efectivo el pago de 1.500 millones de euros que no tiene al FMI. Si no lo hace, podría producirse el «Grexident», es decir, una salida precipitada de Grecia del Euro que ni los defensores de dicha salida desean. Resumiendo: las cartas del país heleno son malísimas. La Troika lo sabe y se mantiene intransigente, aprovechando cada pequeña cesión griega para dar una nueva vuelta de tuerca. Es lo mismo que una serpiente hace con su víctima, aprovechar el momento en que expira un poco de aire para apretar y aumentar la asfixia.

Ha sido la tónica desde que Syriza llegó al gobierno y lo de esta semana no deja de ser un episodio más. Cada vez que Atenas da un paso en forma de pequeña cesión, los acreedores comentan que es un buen punto de partida y tras dos días de silencio, vuelven a la casilla de inicio con una contrapropuesta en la que no hay ni un milímetro de movimiento.

Los acontecimientos de la semana dan la razón además a aquellos que defienden que el objetivo de la Troika, lejos de ser la estabilidad y el crecimiento para Grecia, pasan por condicionar la política del país heleno. La prueba del algodón de esta semana: para cumplir con los objetivos presupuestarios marcados por la Troika, Syriza propone limitar la subida del IVA (un impuesto indirecto que sufren más, evidentemente, los que menos tienen) y compensar la ausencia de recaudación en este ámbito con la creación de un nuevo impuesto del 12% a las empresas con beneficios de más de 500 millones de euros. Adivinen la contrapropuesta del FMI. Efectivamente, rechazar el impuesto a las empresas con beneficios millonarios y subir más el IVA.

Es pocas palabras, entidades supranacionales sin apenas control estatal no pretenden manejar solamente la economía de un país con un gobierno democráticamente elegido, sino que también aspiran a marcar sus políticas. Así las cosas, no resulta difícil dar la razón a Tsipras cuando dice que el FMI, o no tiene intención de llegar a un acuerdo o sirve a otros intereses.