Ainara LERTXUNDI
PROCESO DE DIÁLOGO ENTRE LAS FARC-EP Y EL GOBIERNO COLOMBIANO

Santos y Timochenko anuncian juntos el acuerdo sobre justicia

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez también conocido como Timochenko, comparecieron ayer en La Habana junto a sus equipos negociadores y al presidente cubano, Raúl Castro, para anunciar un «histórico» acuerdo sobre justicia transicional.. Santos aseguró que «la paz está cerca».

Desde primeras horas de la mañana se fueron sucediendo ayer las filtraciones periodísticas que apuntaban a la celebración en La Habana de un evento de gran relevancia para el desarrollo del proceso de diálogo y al anuncio por parte de los negociadores de las FARC-EP y del Gobierno colombiano de un acuerdo en materia de justicia y víctimas, los principales escollos para la firma del acuerdo final.

A las 7.04 (hora colombiana), el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció vía Twitter que haría escala en La Habana antes de viajar a Nueva York donde participará en la Asamblea General de la ONU para una «reunión clave con negociadores con el fin de acelerar el fin del conflicto. La paz está cerca».

El martes, durante un foro económico y en medio de múltiples especulaciones, Santos admitió que «no todo el mundo va a quedar contento, pero estoy seguro de que a la larga va a ser mucho mejor. Va a haber muchos descontentos; no todo el mundo puede quedar contento, pero el cambio será positivo». «El meollo de toda esta negociación es dónde traza uno la línea de justicia y paz. Si uno le pregunta a una víctima dónde la traza, esa víctima va a pedir más justicia. Si uno le pregunta a una futura víctima, va a querer más paz porque no va a querer ser víctima. No importa dónde trace uno la raya, algunos quedarán insatisfechos», afirmó.

Su avión partió a las 11.00 desde la base militar de Catam, en Bogotá. Junto a él Iván Cepeda, copresidente de la Comisión de Paz de la Cámara Alta; Alvaro Leyva Durán, ex ministro del Partido Conservador; y el general Javier Florez, quien encabeza por parte del Gobierno la subcomisión técnica para la terminación del conflicto armado.

Desde la capital cubana, las FARC difundieron a través de la página web de la delegación de paz la llegada al aeropuerto José Martí del comandante Timoleón Jiménez, también conocido como Timochenko, y posteriormente conversando con varios delegados, entre ellos Pablo Catatumbo, Pastor Alape, Ricardo Téllez y José Antonio Lozada.

La expectación fue aumentando tanto sobre el contenido del acuerdo como por la fórmula protocolaria que utilizarían Santos y Timochenko en su primera aparición pública juntos. Ambos hicieron acto de presencia en el salón de protocolo de El Laguito, donde se dispuso una mesa central, en la que se sentaron Santos y Timochenko, y otras dos laterales. Antes de entrar, Santos posó ante las cámaras con el presidente cubano, Raúl Castro, y su jefe negociador, Humberto de la Calle. Después, Santos y Castro se reunieron en privado en un salón.

Toda una escenificación para anunciar una «jurisdicción especial para la paz», bajo la cual, según adelantaron medios locales, el Gobierno y las FARC han acordado crear un tribunal especial encargado de juzgar los crímenes cometidos durante el conflicto. (El acto, programado para las 23.00 en Euskal Herria, se retrasó al menos una hora). La sede jurisdiccional estará formada por dos salas: una para sentenciar, a la que llegarán los casos en los que el acusado haya admitido su responsabilidad; y otra para juzgar, a donde se remitirán las causas que requieran la comprobación de los hechos.

Será un modelo de «justicia restaurativa», lo que supone que el objetivo no es el castigo 'per se', sino la reparación del daño causado en la medida que sea posible. Así, las penas de cárcel serán sustituidas por trabajos a favor de la sociedad colombiana y especialmente de las comunidades más afectadas por el conflicto.

Entre estas penas alternativas se ha apuntado a la participación en el proceso de desminado iniciado en marzo o en obras de reconstrucción, mientras que en el ámbito económico la guerrilla entregaría dinero y tierras.

Otra novedad es que, por primera vez en la historia colombiana, la justicia transicional se aplicará a todos los actores del conflicto armado: tanto guerrilleros como agentes del Estado.

Grandes logros en tres años

Sin duda la premisa bajo la que se ha estado trabajando en los últimos meses –«agilizar en La Habana y desescalar en Colombia»– está dando sus frutos en un proceso que oficialmente arrancó el 18 de octubre de 2012 con la constitución de la mesa de diálogo en Oslo, Noruega, donde quedaron plasmadas dos visiones totalmente antagónicas. La conversaciones como tal comenzaron un mes más tarde, en concreto el 19 de noviembre, en la capital cubana. A lo largo de estos casi tres años, se han logrado cuatro acuerdos, incluido el de ayer, en materia de reforma agraria, de participación política, de sustitución de los cultivos ilícitos y justicia.

Otro de los momentos importantes del proceso fue la visita escalonada de cinco delegaciones de víctimas y el acuerdo para la conformación de una comisión de la verdad. Quedan pendientes cuestiones relativas al desarme y la reincoporación de las FARC a la vida civil y la refrendación de lo acordado.

Las FARC invitan a una jornada de contrición por un «Nunca Más»

En una carta dirigida al Papa Francisco el pasado lunes, la delegación de las FARC-EP le agradeció su «invaluable respaldo» a la mesa de conversaciones y el «impulso dado a la construcción» del acuerdo final. El sumo pontífice aprovechó el rezo de el ángelus en la Plaza de la Revolución de La Habana para pedir por la paz en Colombia. «No tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación», sostuvo Francisco.

En su misiva ya dejaba entrever la firma de un inminente acuerdo para crear «una jurisdicción especial para la paz», cuyo elemento central es «la verdad. Una verdad que sane las heridas de las víctimas del conflicto y de toda la sociedad, en el marco de una concepción restaurativa, de perdón y convivencia». «No queremos que las futuras generaciones tengan que volver a sufrir y padecer lo que hemos vivid. No más despojo violento de tierras a campesinos, no más desplazamientos forzados, ni hornos crematorios, ni descuartizamiento con motosierras de personas vivas por paramilitares. Nunca más el exterminio de una fuerza política, nunca más el asesinato de dirigentes del movimiento social, ni políticas económicas deshumanizadas, no más persecución ni más exilio», exclamó la guerrilla, invitando al Papa a contribuir «a realizar una jornada nacional de contrición en el que todos los actores –combatientes y no combatientes– ofrezcamos verdad, reconozcamos responsabilidades y nos comprometamos en un Nunca Más».A. L.

Uribe rechaza el acuerdo y vaticina «más violencia»

El expresidente de Colombia Alvaro Uribe sostuvo que «sin cárcel para cabecillas, habrá firma en La Habana pero ejemplo para más violencia en Colombia». El 9 de setiembre se reunió con el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, y el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, a instancias del enviado especial de EEUU para el proceso de paz, Bernard Aronson.GARA

Reacciones

««Esta es una señal clara de que avanzamos hacia una paz definitiva y será cuestión de pocos meses el final del conflicto con las FARC»

J. FERNANDO CRISTO

Ministro del Interior

«Es un día histórico para Colombia. La consagración de nuestros esfuerzos por la paz»

IVÁN CEPEDA

Copresidente de la Comisión de Paz del Senado

«Buena noticia en el proceso de paz de Colombia. Mucho optimismo y esperanza. La UE apoya las negociaciones en La Habana»

CHRISTIAN LEFFLER

Director ejecutivo para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior.