El conflicto se inició a raíz del bloqueo del grupo ultraderechista ucraniano Sector de Derecha. «Se ha tomado la decisión de detener el tránsito de vehículos de carga de Rusia por el territorio de Ucrania», explica el Gobierno a través de Twitter.

Desde hace unos días, miembros del Sector de Derecha mantienen retenidos a más de un centenar de camiones rusos para exigir la liberación de los «prisioneros de guerra», los soldados y milicianos ucranianos apresados por las fuerzas separatistas de Donetsk y Lugansk apoyadas por Rusia. Además, exigen que se prohíba la actividad de empresas rusas y el comercio con Rusia.

El domingo, Moscú anunció la suspensión del tránsito de camiones matriculados en Ucrania en respuesta al «bloqueo ilegal» de camiones rusos, informó el Ministerio de Transporte de Rusia. «Hasta el momento la parte ucraniana no ha tomado medidas para impedir las acciones ilegales y asegurar el tránsito libre de camiones rusos. En respuesta, Rusia suspende la circulación de los camiones matriculados en Ucrania en su territorio», señaló el Ministerio, según recoge la agencia de noticias Sputnik.

Según los datos del Ministerio de Transportes ruso, en Ucrania están detenidos en estos momentos más de cien camiones rusos, y más de 500 vehículos que estaban regresando a Rusia no pueden entrar en territorio ucraniano desde la UE.

Rusia destaca que esta situación supone una grave violación del convenio intergubernamental sobre el transporte internacional por carretera, por el que los países garantizan el tránsito de vehículos por su territorio.

Tras el anuncio ruso, el Ministerio de Infraestructuras de Ucrania informó de que Kiev mantendría «consultas técnicas con representantes de la Comisión Europea y ciertos Estados miembro de la UE» sobre el tránsito de mercancías procedentes de Rusia. Más concretamente, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, indicó que Kiev celebra consultas con países miembros de la UE sobre el incumplimiento por Rusia de las normas de la OMC.

Las relaciones Ucrania y Rusia pasan por el peor momento de su historia tras el derrocamiento del presidente ucraniano Viktor Yanukovich, la anexión de la península de Crimea por Moscú y la sublevación prorrusa en el Donbass ucraniano, respaldada por el Kremlin.