La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó ayer un pena de 86 años de prisión contra Eneko Gogeaskoetxea, manteniendo la acusación de haber intentado acabar con la vida del el exjefe del Estado español Juan Carlos de Borbón durante la inauguración del Museo Guggenheim. Falleció tiroteado un ertzaina, que aparentemente había descubierto el dispositivo de granadas con que ETA quería atentar.

La acusación contra Gogeaskoetxea se activó tras su detención en Cambridge en 2011 y la extradición por parte del Reino Unido. El fiscal le imputa «delito contra la Corona, falsificación de documento oficial con finalidad terrorista, homicidio, depósito de armas de guerra, tenencia ilícita de arma corta, detención ilegal y coacciones», si bien retiró de sus conclusiones finales el cargo de «pertenencia a banda armada», por el que ya había sido condenado.

Por su parte, la abogada de Gogeaskoetxea, Jone Goirizelaia, reclamó su absolución por no haberse probado que participara en los hechos. Advirtió de irregularidades en el reconocimiento del acusado, informó de que muchos de los cargos han prescrito y denunció un incumplimiento del principio de especialidad en la extradición de Gogeaskoetxea.

Cabe recordar que, durante la primera sesión del juicio, celebrada el 11 de febrero, Gogeaskoetxea, negó las acusaciones del fiscal, que basa su acusación en la declaración de Kepa Arronategi, condenado por estos hechos.

En la vista del 11 de febrero, Arronategi aseguró que Gogeaskoetxea no participó en la acción de Bilbo, e indicó que, si le implicó, fue por las presiones y malos tratos a los que fue sometido por los agentes de la Ertzaintza tras ser detenido. Además, señaló que el objetivo era el Museo Guggenheim, no el monarca. Esta idea también fue planteada por la defensa, que pidió una pena menor en el caso de que se le declarara culpable.