El Gobierno de Grecia detuvo ayer las expulsiones de refugiados a Turquía mientras redefine sus listados de exiliados a deportar ante la masiva presentación de solicitudes de asilo. Según medios locales, desde que comenzó el proceso, en virtud del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, solo en Lesbos, donde hay unos 3.150 refugiados en el centro de detención de Moria, se han registrado 2.800. En Quíos se ha pasado de cero peticiones de asilo a 540.

El lunes, en la primera operación de este tipo, 202 refugiados que no habían pedido asilo fueron expulsados desde las islas griegas de Lesbos y Quíos hacia el puerto turco de Dikili. Formaban parte de la lista de 490 que las autoridades griegas habían elaborado la semana pasada.

Acnur expresó ayer sus dudas sobre la regularidad de la deportación de trece de las personas expulsadas el lunes, la mayoría afganas, que habían expresado su deseo de pedir asilo pero no pudieron hacerlo a tiempo.

Las expulsiones se reanudarán cuando haya «un número suficiente» de exiliados y si las autoridades turcas dan su acuerdo, dijo a AFP Giorgos Kyritsis, portavoz del servicio griego de coordinación de la política migratoria. Turquía apuntó que podrían reanudarse hoy.

Señaló que las autoridades tendrán que revisar sus listas provisionales. Ese incremento de las solicitudes de «último minuto» ha planteado «un problema práctico», ya que gente incluida en esas listas pidió asilo y se debe aclarar su situación.

En Quíos, la situación se complicó por el rechazo de varios refugiados a volver al campo de detención de Vial, desde donde se organizan las expulsiones. Unos 600, según los medios locales, escaparon el viernes del campo tras los enfrentamientos entre grupos de exiliados y las autoridades intentan convencerles para que vuelvan.

Países Bajos recibió ayer a 31 sirios procedentes de Turquía, que se suman a los 11 reubicados en Finlandia y a los 78 que, según Ankara, han llegado ya a Alemania.

La canciller alemana, Angela Merkel, entre otros líderes europeos, inaugurará el 16 de abril en Kilis, en el sureste de Turquía, un centro para refugiados sirios construido con fondos de la UE, informó el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.