El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se defendió de imputaciones sobre el impulso de Ankara en el repunte de la crisis en Nagorno Karabaj acusando a Rusia de tomar parte por Armenia y equiparándola con la ingerencia rusa en Ukrania, Georgia «y hoy en Siria».

El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, acusó implícitamente a Turquía de ingerencia en la crisis armenio-azerí.

El portavoz de Nagorno Karabaj en Moscú, Arsen melik Shajnazarov, fue más allá y aseguró tener pruebas de la implicación de militares turcos, no solo como instructores sino en destacamentos especiales con uniformes azeríes en la última crisis.