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DAMASCO

Jornada electoral en una Siria dividida y sin influencia en el curso de la guerra

Los territorios de Siria bajo el control del Gobierno vivieron ayer una jornada electoral que tendrá nula influencia en el curso de la guerra, en medio de un repunte de los combates. Los grupos opositores representados en Ginebra denunciaron que se trata de «una farsa».

Siria vivó la jornada de ayer dividida entre quienes votaron para apoyar al régimen de Bashar al-Assad y quienes rechazaron una votación que consideran ilegítima y que tendrá nula influencia en el curso de la guerra, que ha causado cerca de 270.000 muertos en cinco años.

Los colegios electorales abrieron en el territorio que controla el Gobierno, un tercio del total del país, donde vive el 60% de la población. 3.500 candidatos optaban a 250 escaños, pero los resultados, según los analistas, serán parecidos a los de 2012 cuando el &bs;partido Baath, que dirige el país con mano de hierro desde hace medio siglo, obtuvo la mayoría de los escaños.

«Asistimos desde hace cinco años a una guerra, pero el terrorismo ha fracasado en su objetivo principal: destruir la estructura social de Siria y su identidad nacional, que se expresan a través de a Constitución», declaró al votar el presidente, Bashar al-Assad.

«Hemos cumplido nuestro deber, y ahora deben cumplir sus promesas», señalaba Samer Issa, chófer de 58 años, tras depositar su voto en Damasco. En cambio Mayssoun, camarero de 45 años, no votó porque «la mayor parte de los candidatos son ricos que viven en el extranjero y que no nos sirven para nada».

La jornada se celebró tras varias semanas de relativa calma ligada al cese el fuego, pero que en los últimos días amenaza con saltar por los aires ante el recrudecimiento de los combates. En Alepo, solo se votó en los barrios controlados por el régimen, mientras los rebeldes representados en Ginebra denunciaban que «es una farsa» y que «se han organizado para socavar las negociaciones de paz». «Al-Assad quiere mostrar que posee un Estado, un pueblo y un régimen sólidos», dijo Mohamed Zobeidiyyé, mecánico de Alepo.

Los sirios originarios de zonas en manos de grupos insurgentes pudieron votar en los sectores bajo control del Ejército. En cuanto a los kurdos, aseguraron no sentirse concernidos.

También los países occidentales denunciaron la jornada electoral. Pero para Moscú, «estas elecciones aseguran el funcionamiento de las instituciones del Estado y tienen el fin de no dejar vacía la esfera del poder».

 

Diálogo en Ginebra y más combates en Alepo

El encuentro entre el emisario de la ONU, Staffan de Mistura, y una delegación del Alto Comité de Negociaciones, que reúne a los principales grupos opositores, dio comienzo ayer a la nueva ronda de diálogo en Ginebra para intentar hallar una salida a la guerra siria, después de que la primera, el mes pasado, no lograra más avances que algunas treguas para distribuir ayuda humanitaria. «La próxima fase es crucial, porque se concentrará en la transición política, la gobernanza y los principios constitucionales», señaló el lunes De Mistura. Pero la brecha entre régimen y oposición es abismal, sobre todo porque esta última excluye la presencia del presidente sirio en un órgano ejecutivo transitorio, una «línea roja» para el Gobierno, que está dispuesto a discutir la participación de miembros de la oposición. Para el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, el proceso político debe centrarse en una nueva Constitución. Pero el diálogo tiene lugar en medio de un repunte de los combates, sobre todo en Alepo, que amenazan la frágil tregua.GARA