Tres semanas después de los atentados en Bruselas, la ministra de Transporte belga, Jacqueline Galant, dimitió acusada de ignorar los informes que advertían de serias deficiencias en la seguridad de los aeropuertos de Bélgica. La ministra estaba bajo el fuego de las críticas tres semanas después de los atentados del 22 de marzo en el aeropuerto de Bruselas, que dejaron 16 muertos, el mismo día de un ataque en el metro de la capital belga que dejó otros 16 muertos.

Informes de la Comisión Europea habían señalado previamente serias deficiencias en la seguridad, incluida la detección de artefactos explosivos. El último, de abril de 2015 emitido tras una visita al aeropuerto de Amberes, señalaba que Bélgica seguía «sin conformarse» a las reglas.

Desmentido

Galant negó haber recibido los informes críticos de la Comisión Europea. Pero un alto funcionario de su administración, Laurent Ledoux, que dimitió el jueves, la contradijo y explicó que había alertado al gabinete de la ministra y le había reclamado, en vano, medios adicionales para la seguridad de los aeropuertos. Ledoux aseguró que el informe fue transmitido al gabinete de Galant en junio de 2015, al igual que, posteriormente otros dos análisis independientes sobre la seguridad tras los atentados de París.

Tras confirmarse su renuncia, Galant lamentó que Ledoux «arrastra en su cruzada mediática a toda una administración y la hunde en la polémica. La confusión orquestada y teatral de estas últimas 48 horas me impiden continuar». El primer ministro, Charles Michel, retiró ayer el apoyo que venía dando a la ministra.