Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Una caravana de furgonetas exigirá el 7 de mayo el fin de la dispersión

Mirentxin Gidariak pretende que 400 furgonetas circulen el 7 de mayo por las calles de Bilbo para reivindicar que se acabe la dispersión. Al mismo tiempo, este grupo de voluntarios que realizan cada semana catorce viajes a las cárceles para ayudar a familiares y amigos de los presos quiere homenajearles, ensalzando los sacrificios que soportan.

Mirentxin Gidariak se enfrenta al reto de conformar el sábado 7 de mayo una caravana de furgonetas que recorrerá los seis kilómetros de distancia entre Larrabetzu y Bilbo. En la marcha tomará parte, al menos, un vehículo por cada preso, en representación de los amigos y familiares que cada semana deben salir a la carretera para poder visitarles en las prisiones españolas y francesas.

Ayer, en la plaza del Arriaga, conductores voluntarios y familiares, algunos portando las bolsas con las que suelen viajar, dieron detalles de la singular movilización. Araida Legarreta-Etxebarria –hija de la mujer que da nombre a la red solidaria, Mirentxin Aurrekoetxea– dio detalles de las serias dificultades a las que se enfrentaban muchas personas para visitar a sus familiares presos y cómo un voluntario, en su caso, comenzó a llevarles en su coche particular hasta Algeciras para poder estar unos minutos con su padre.

Ella contaba con 8 años y tuvo que recorrer decenas de miles de kilómetros durante 21 años, los que estuvo su progenitor encarcelado. Hace algo más de tres lustros, el gesto solidario de aquel voluntario, que se multiplicó exponencialmente, trató de paliar los problemas que genera la dispersión, que se ha cobrado la vida de 16 personas en la carretera dirigiéndose a las cárceles. Seis de esos vehículos estuvieron ayer en Bilbo en la presentación de la marcha, mostrando carteles con los 850 kilómetros de distancia que hay hasta Córdoba y Murcia, los 995 a Huelva, 945 a Claireveaux, 785 a Villefranche y 780 a Alacant.

El caso de Legarreta-Etxebarria no es un caso aislado –lamentó Joseba Azarloza, uno de los conductores–, quien subrayó la «insoportable situación» que la «cruel e injusta» política de dispersión acarrea a cientos de familias. «Aún sabiendo que la solución no está en nuestras manos, nos organizamos», añadió, apuntando que son 850 personas voluntarias y nueve furgonetas para cubrir los despla- zamientos a 14 prisiones.

Los de Mirentxin Gidariak son conscientes de que solo con su voluntad no van a solucionar los graves problemas que genera la actual política penitenciaria, «ya que nos es imposible llegar a todas cárceles».

«Somos voluntarios y voluntarias que tras nuestras jornadas laborales nos ponemos en la carretera. Por encima de los riesgos y miedos, un humilde gesto de solidaridad para que estos familiares y amigos, no pierdan las visitas que deben realizar fin de semana tras otro», explicó Azarloza.

«Llevamos más de 15 años haciendo frente a esta realidad, con el deseo de que tanto a familiares y a amigas y amigos la situación les sea más llevadera», comentó, incidiendo en la relación tan estrecha que mantienen en los largos desplazamientos. Ahora, quieren dar un nuevo paso en su compromiso y conseguir que se visualice esa realidad para muchos oculta y que otros tratan de obviar deliberadamente.

«Problema de toda la sociedad»

«Queremos visualizar –insistió– que no solamente es un problema de familiares y amistades; que tampoco es solamente nuestro problema, sino que es un problema de toda la sociedad vasca». De ahí que busquen la imagen impactante de las cientos de furgonetas para remover conciencias. «400 furgonetas para visualizar 400 realidades», remarcó.

Desde Mirentxin Gidariak confesaron que están «cansados» y «asqueados» de la situación «insufrible» que soportan los familiares, dejando claro que no les abandonarán. «Tenemos que dar vuelta a esta situación entre todas y todos. No queremos conducir más estas furgonetas», dijeron.

Para escenificar ese mensaje, en pleno corazón de Bilbo, uno de ellos con un hacha en la mano, comenzó a partir en dos una furgoneta al tiempo que los presentes comenzaron a corear consignas,como «Euskal presoak etxera».

Marcha hasta Bilbo y programa de actividades en Larrabetzu

El que definen desde Mirentxin Gidariak como «último viaje» saldrá el sábado 7 de mayo de Larrabetzu a las 11.00, atravesará Bilbo y retornará a ese pueblo de Txorierri, donde a las 17.00 se recibirá a la caravana.

Toda la tarde estará repleta de actividades para los txikis, conciertos, muestras de trabajos de presos y un video recital, además del acto principal a las 19.00. Tampoco faltará la animación callejera, txosnas y una zona de acampada, pues al día siguiente es Bizkargi Eguna. A.G.