GARA
PRAGA

Praga compara las cuotas de refugiados con la imposición de dar territorio a Hitler

El Gobierno de Chequia comparó las cuotas obligatorias de reparto de solicitantes de asilo acordadas en 2015 por la Unión Europea con el Tratado de Múnich de 1938, por el que se cedió, sin contar con las autoridades de Praga, un tercio del territorio checoslovaco a la Alemania de Hitler para saciar las ansias expansionistas del dictador.

«El acuerdo sobre las cuotas de refugiados recuerda a los checos un momento histórico, en concreto cuando se decidió sobre nosotros sin nosotros», afirmó el vicepresidente del Gobierno de Chequia, el democristiano Pavel Belobradek, según recogió ayer el diario “Hospodarse Noviny”. Belobradek se refería al Tratado de Múnich de 1938, firmado en una cumbre en la que no hubo representantes del país afectado por Alemania, Italia, Estado francés y Gran Bretaña para calmar las ansias expansionistas de Adolf Hitler y por el que se le entregó parte del territorio de Checoslovaquia.

Checos, húngaros, eslovacos y rumanos se opusieron el pasado setiembre a las cuotas obligatorias de reparto de los 120.000 solicitantes de asilo, pero la Unión Europea adoptó la decisión mayoritaria de los ministros de Interior de los Veintiocho.

«Más barato»

El vicepresidente checo considera que es más ventajoso y económico ayudar a los refugiados fuera del territorio comunitario.

«Ocuparse allí de los refugiados es ocho veces más barato que hacerlo en Europa. Esto quiere decir que allí podemos ayudar a ocho veces más gente», apostilló el político checo.

Por su parte, el primer ministro de Hungría, el conservador Viktor Orban, aseguró que los líderes de la Unión Europea «no saben de qué están hablando» al proponer que los países que no acepten el sistema de cuotas paguen 250.000 euros por cada refugiado rechazado.

«Los líderes de Bruselas no conocen la realidad», sostuvo Orban a la radio pública Kossuth. El primer ministro aseguró que «viven aislados del mundo en su torre de marfil» y que «ni siquiera saben de que están hablando».

Para Viktor Orban, que se opone categóricamente al sistema de reubicación de los refugiados, la propuesta de Bruselas significa «un puñetazo en el estómago» y agregó que «es difícil expresar la consternación de una forma civilizada».

El jefe del Gobierno húngaro destacó que los 250.000 euros equivalen a los ingresos medios de un húngaro durante 40 años y que la propuesta significa «la más fuerte propaganda contra la UE».