Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Esa sensación»

Tres eran tres los artífices del humor serio

No todo lo que te hace reír es humor, porque también existe la risa congelada y la comicidad seria. Por tal me refiero a aquella que tiene la capacidad de trastocar las cosas, de ponerlas del revés, en la mejor tradición surrealista de las viejas vanguardias. A ellas se apuntan gustosos Juan Cavestany (“Gente en sitios”), Julián Génisson (“La tumba de Bruce Lee”) y el gasteiztarra Pablo Hernando (“Berserker”), demostrando que no hace falta inventar nada nuevo para convertirse en la alternativa al formulario cine comercial que se hace y estrena en el Estado español.

Juan Cavestany, que es el más veterano del trío, encaja muy bien en el estilo absurdo del grupo creativo Canódromo Abandonado, aquí representado principalmente por el realizador Julián Génisson, la actriz Lorena Iglesias y el músico Aaron Rux. Y es que la composición del largometraje a base de tres episodios recuerda al tipo de sketchs que suelen subir a la red, logrando un conjunto coherente con la idea de ceremonia del caos que se quiere transmitir. Conceptualmente lo que vemos no está tan lejos del cine del maestro sueco Roy Andersson o del Buñuel de la última etapa europea, con la diferencia de que “los tres sensacionales” son más actuales a la hora de describir la sociedad en que vivimos como un mundo raruno, en el que la línea entre normalidad y anormalidad es casi imperceptible, por no decir invisible.

Cavestany trabaja sobre la metáfora viral de algún extraño agente ambiental que lleva a las personas a poseer el don de la inoportunidad, diciendo lo que no quieren decir y cuando mejor deberían callar. Dicha falta de identidad y de autocontrol Génisson la expresa en la figura del hombre que se vuelve repentinamente religioso para sentirse integrado en el ritual social. Y Hernando opta por las parafilias de moda, con una mujer que cosifica el amor en la vía pública.